Foto facilitada por la Senad donde el silencio impera en un operativo antidrogas donde, a pesar de las toneladas de macoña incautada, no se informa de ningún detenido. Se trata de una práctica habitual de la institución antinarcótica que amerita una profunda investigación.
Agentes especiales de la Senad y el CODI (Comando de Operaciones de Defensa Interna, una fuerza especial de lucha contra el terrorismo y el crimen organizado) ingresaron a terrenos investigados por vinculaciones con el narcotráfico, y en ese contexto tomaron intervención de un centro de producción de cargas de marihuana ubicado en la frontera con Brasil. Las intervenciones derivaron en la destrucción de 54 toneladas de la droga, que superan el millón de dólares en pérdida económica para la mafia enquistada hace décadas en aquella zona fronteriza y que sigue campante a pesar de la “lucha” conjunta que no arroja mayores resultados en materia de erradicación del flagelo.
Los operativos se realizaron en la zona de Capitán Bado, departamento de Amambay, uno de los centros de mayor actividad operativa del crimen organizado y señalado también como supuesto “centro de ofensiva” de las fuerzas represivas conjuntas de Paraguay y Brasil no visualizado en los hechos.
Las intervenciones, realizadas en una zona estructurada y bien organizada, estuvieron lideradas por la fiscal Rossana Coronel, señala el informe de la Senad.
La erradicación del cuantioso alijo de droga incluye marihuana en diferentes estados de crecimiento que abarcaron 18 hectáreas, añade el departamento de información del ente antinarcótico, tras estimar en 1.620.000 dólares el daño económico producido al cártel de la droga fronterizo.
De forma sospechosa (aunque se trata de una práctica común en los grandes operativos de la Senad donde se mueven sumas siderales) en esta ocasión el informe no alude a la existencia de personas detenidas, de lo cual se deduce que no hay narcotraficantes privados de libertad o siquiera sospechosos retenidos para averiguación o investigación.