Accidentes luctuosos que ocurren a diario sobre la autopista Ñu Guasu desaparecerán con el nuevo proyecto de viaducto luqueño, señala el MOPC en medio de la polémica por la mega obra que, según frentistas, ocasionará perjuicios irreversibles a la ciudad. (Foto: Diario La Tribuna).

A falta de apenas un mes para el inicio de obras complementarias del viaducto de Luque, un megaproyecto del gobierno nacional que busca soluciones de fondo al problema de congestionamiento vial de esa parte esencial de la Gran Asunción, el tema es objeto de polémicas de variado calibre, entre ellos políticos que buscan obtener réditos en plena campaña para las elecciones municipales del 2026.

El propio presidente de la República, Santiago Peña, fue protagonista de un escandalete mediático provocado el martes pasado por una conocida activista luqueña que interrumpió el acto de presentación del proyecto en una cooperativa de Luque para presentar sus quejas que, según dijo, representaban el clamor ciudadano en contra del viaducto en cuestión.

Se trata de la concejala liberal Belén Maldonado, quien dijo que el ciudadano luqueño no está informado acerca de la mega obra del gobierno, dando a entender que se trataría de otro elefante blanco que, en este caso, perjudicará enormemente los intereses del pueblo de Luque, entre ellos los comerciantes y vendedores en general, y generará una ciudad fantasma por la falta de dinámica en todo el sector inferior (punto vacío) de la autopista elevada de 4 kilómetros de extensión que conectará a las congestionadas avenidas Ñu Guazu y Silvio Pettirossi.

«Miren quién habla», postearon en las redes sociales tras cuestionar la falta de autoridad de la concejala efrainista para oponerse al viaducto porque «nada hizo hasta ahora por Luque más que alimentar a sus lacayos políticos y destilar odio hacia el oficialismo. ¿Por qué no se manifestó antes y movilizó a la gente, sino aprovechó la presencia del presidente para concretar su sueño de 30 segundos de fama?», disparó Regina de Arias.

La obra tendrá un costo de 180 millones de dólares, y el plazo de ejecución es de tres años, según la ministra de Obras Públicas, Claudia Centurión, quien destacó el impacto del proyecto a nivel nacional porque no solo beneficiará directamente a Luque y su entorno poblacional sino a la amplia región circundante que bordea a Asunción y la Ruta 2.

“Peña debe saber que todo proyecto de gobierno será automáticamente cuestionado por la oposición líbero-zurda, que desde que perdió las elecciones pasadas no ha dejado de hacer proselitismo a través de voceros mediáticos afines”, posteó en las redes sociales Valentín Osorio, ciudadano luqueño que ve con buenos ojos el proyecto de modernización vial “para solucionar de una buena vez este desastre que tenemos a la hora de movilizarnos”.

Otros pobladores y comerciantes, sin embargo, cuestionan la mega obra porque dicen que perjudicará enormemente la dinámica actual, provocando un rezago económico y social de imprevisibles consecuencias.

Luque cuenta con una población aproximada de 300.000 habitantes, distribuidos en una cincuentena de barrios y compañías que crecen a diario y necesitan de servicios adecuados, entre ellos el transporte público, que adolece de problemas irreconciliables con el usuario debido, en parte, a la mano negra de los llamados “empresaurios” que se niegan a modernizar sus destartaladas unidades.

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