La cúpula de Itaipú considera que el concurso de selección de personal ha sido amañado por lo que fue dejado sin efecto y archivado. Miles de «comunes» celebran la barrida mientras holdings abdistas emiten señales electoralistas con victimizados guiones y lacrimógenas emisiones.
Las 187 descontrataciones corresponden a derecho porque lo que hizo Itaipú fue invalidar el proceso de selección de nuevos personales por considerar que ha sido producto de direccionamientos evidenciados por la propia prensa, afirman este miércoles fuentes de la Entidad Binacional lado paraguayo.
La versión surgió luego de que unas 80 personas salieron el martes a las calles de Hernandarias (donde está instalada la represa) y tras empapelar el asfaltado con presuntos títulos de grado reivindicaron el derecho de no ser despedidos sin causa justa porque supuestamente aprobaron los exámenes “sin padrinos”.
En la contraparte, unas 17.000 personas que se presentaron en la primera hora del concurso de oposición para puestos laborales celebraron la medida adoptada por las nuevas autoridades de la Itaipú y la posibilidad abierta de que, mediante una nueva convocatoria, los que llenaren las exigencias y cantidad de cupos puedan acceder al soñado puesto laboral con salarios y beneficios negados al resto de la población trabajadora paraguaya.
De acuerdo a los datos, el concurso fue amañado en beneficio de unos pocos privilegiados, la mayoría de ellos hijos, nueras, consortes o chulis de mandamases empotrados en los altos cargos gerenciales provenientes de la cartera política oficialista de turno, en este caso de leales al abdismo que por entonces, pocos meses antes de las elecciones generales, venía en picada.
A pesar de las protestas de los “sin padrinos”, ni el entonces presidente Mario Abdo Benítez y, mucho menos, el obsecuente director de Itaipú Manuel María Cáceres, tomaron cartas en el asunto y con su silencio dieron vía libre a la marginación institucionalizada.
En la manifestación de este martes, los supuestos estudiantes y profesionales con fuerte respaldo político salieron a reclamar derechos y tras señalar que se sienten como delincuentes alegaron que el proceso fue “transparente y legítimo”, pasando olímpicamente por alto la cantera de denuncias con pruebas y evidencias de amaño exhibidas por la prensa, entre ellas los premios laborales para descendientes y amigos de los jefes, en algunos casos con públicas exhibiciones de poder e inmunidad.
El pedido de los descontratados de que cada uno de los exámenes sea revisado de forma particular quedaría en la nada luego de que Itaipú declarara la nulidad del proceso selectivo de personal emanado del pasado directorio abdista con evidentes muestras de premiación selectiva a unos pocos privilegiados y perjuicio laboral a millares de “comunes”.