Si Barchini quiere realmente limpiar de corrupción las cárceles del país debe depurar el penal de Emboscada, donde mantiene en medio de críticas a dos cuestionados directores vinculados con la mafia penitenciaria.
A tambor batiente, el ministro de Justicia Ángel Ramón Barchini diagrama el proyecto de reforma del sistema penitenciario del Paraguay postergado durante toda la época de Marito pero que debió ser desempolvado luego de la violenta revuelta de presos de Tacumbú hace unas semanas.
En esa ocasión, el ministro Barchini fue blanco de duras críticas de sectores abdistas que reclamaban a gritos seguridad en las cárceles de la República pasando por alto el ninguneo que le hizo el gobierno anterior a la mafia penitenciaria que, según se demostró, sigue tan campante a través de clanes criminales que marcan presencia con sangre y fuego ante la tímida reacción de las autoridades.
“Acá nunca va haber reforma que funcione si el gobierno mantiene en el cargo a los dos directores”, afirma contundente este miércoles una fuente de la cárcel José Antonio de la Vega de Emboscada tras ser abordado por La Mira sobre la opinión de los presos con respecto a la reciente visita a ese lugar del ministro Barchini y comitiva interesados en conocer detalles operativos y esquema de funciones.
En la cárcel De la Vega oficia de director Cristian Ortiz Claverol, quien venía desempeñándose en el mismo cargo hasta la derrota de Marito en las elecciones, luego de lo cual vuelve a reaparecer como si nada, a pesar de los graves cuestionamientos de negociados con presos vip y actos de corrupción, entre ellos una imputación por cohecho pasivo cuando se desempeñaba como director de la penitenciaría de Misiones.
En la otra cárcel de Emboscada, conocida como centro penitenciario modelo, también fue nombrado contra todo pronóstico Adán González, ex director de la cárcel de San Pedro de Ycuamandyyú, donde fue denunciado por acoso sexual y se le fotografía en una posición sospechosa con una funcionaria a su cargo.
González también arrastra un abanico de denuncias por mal desempeño cuando se desempeñaba como director de la cárcel de Tacumbú, entre ellos transas al por mayor y un esquema de privilegios a presos solventes que permanecen impunes y, peor aún, en vez de ser procesado fue premiado por el gobierno con su cargo actual.
Los dos directores fueron nombrados a ciegas por el ministro Barchini, quien se dejó impresionar por las recomendaciones del viceministro de Salud Miguel Olmedo, dirigente colorado de Cordillera que no ha tenido en cuenta sugerencias de reconocidos líderes departamentales, ninguneando olímpicamente la ética política y el respeto a la trayectoria de los caudillos republicanos.
De acuerdo a informes acercados a La Mira, nada ha cambiado en la penitenciaría desde el aterrizaje de los dos directores, y funcionarios antiguos estiman que todo continuará igual, o peor, si el ministro Barchini continúa manteniendo en el cargo a Ortiz Claverol y González.
Dirigentes de HC de la primera hora de Emboscada sostienen que un emboscadeño debe ser nombrado director de la cárcel instalada en esa jurisdicción, e incluso manejan nombre de un candidato meritorio y de consenso que, según expresan, está en conocimiento del ministro de Justicia.