En 2018, antes de ser habilitado el penal para el traslado de presos de Tacumbú, el intendente Peña envió una atenta nota al entonces ministro Ríos solicitando el cumplimiento de la Ley de Impacto Ambiental, que fue respondido con el silencio. Essap toma ahora la posta y habla de una solución en vías de concreción.

Autoridades del Ministerio de Justicia, durante la gestión del ministro Julio Javier Ríos, fueron notificados y advertidos acerca de la necesidad de contar con certificado de impacto ambiental en la construcción de la Penitenciaría Nacional de Emboscada, pero no hicieron caso y hoy día el icónico río Piribebuy, que sirve de esparcimiento a millares de familias en el verano, corre grave peligro de contaminación debido al vertido directo en ese cauce de líquido residual procedente de la cárcel más grande del Paraguay.

En su momento, las nuevas construcciones para el traslado de los presos del colapsado penal de Tacumbú en Asunción fueron calificadas de modernas e innovadoras en materia de seguridad y salubridad, entre otros aspectos de operatividad funcional.

Sin embargo, el centro penitenciario nacional fue habilitado con bombos y platillos durante el gobierno del entonces presidente Mario Abdo Benítez sin tener en cuenta la cuestión ambiental, específicamente la construcción de una laguna de tratamiento residual o estación depuradora de aguas residuales que utiliza procesos físicos, químicos y biológicos para eliminar las materias contaminantes y permitir que el líquido resultante vuelva al medio ambiente de forma segura e incluso provechosa.

Antes de ser habilitadas las nuevas construcciones penitenciarias, la Municipalidad de Emboscada fue alertada por los propios funcionarios y la población circundante sobre la falta de cloaca y el vertido directo de material fecal en las aguas del río Piribebuy.

“Sin pérdida de tiempo, enviamos una atenta nota al entonces ministro de Justicia, Julio Javier Ríos, solicitándole el cumplimiento de la Ley de Impacto Ambiental, reiterándole al mismo tiempo la necesidad de trabajar juntos en ese proyecto de gran envergadura e interés, no solo para el país sino para nuestra ciudad”, afirmó el intendente municipal de Emboscada, Silvio Andrés Peña.

Abordado por La Mira, comentó que el ministro Ríos no ordenó ningún tipo de acción ni previsión sobre el tema de evacuación cloacal de la cárcel, que fue habilitado a pesar de la grave omisión ambiental.

La excusa para postergar obras consideradas “secundarias”, debido a la necesidad de alivianar la presión sobre la cárcel de Tacumbú con presos apiñados como sardinas, precipitó entonces la construcción de “medidas paliativas” como fosas sépticas que, lejos de cumplir con estándares de seguridad y salubridad, apenas ofician de válvulas intrascendentes, tal como visualizaron recientemente autoridades municipales en todo el trayecto de 2 kilómetros entre el perímetro de la penitenciaría y el río Piribebuy, donde la exuberante vegetación y pequeños cursos hídricos circundantes destilan olor nauseabundo y matan la naturaleza.

Con relación a la denuncia, autoridades de la Essap en Asunción se adelantaron en informar que en la Penitenciaría de Emboscada Antigua se está finalizando la instalación de un moderno módulo de tratamiento de aguas residuales tipo SA-MBBR con capacidad para atender a 1.250 personas, diseñado para funcionar junto a la planta modular existente.

Tras reconocer el grave riesgo ambiental debido a la contaminación del río Piribebuy a causa de los residuos orgánicos provenientes de la cárcel, explicaron que el Gobierno actual busca solucionar el problema con el cumplimiento de la Ley de Impacto Ambiental para evitar que el mal llegue a mayores y la población circundante “pueda dormir en paz”, según una fuente extraoficial involucrada con los trabajos en ejecución.

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