Como el “peor candidato” definen al delfín cartista, acusado de escándalos con polleras, alcoholismo y otras perlas por sus propios correligionarios esteños que avizoraban una derrota, pero no imaginaron la paliza que hace tambalear a la misma ANR. (Foto: Diario La Nación).

Mazazo electoral. Así coincide en calificar la prensa el resultado desastroso cosechado en Ciudad del Este por el Partido Colorado en las elecciones del pasado domingo para intendente municipal, que deberá completar el plazo de gestión del imputado titular comunal Miguel Prieto, destituido por casos de corrupción.

El 40 por ciento de diferencia logrado por Daniel Mujica, el candidato del oficialismo esteño para continuar el mandato de Prieto, provocó una tormenta política en el interior de la centenaria ANR, cuyos dirigentes no dejan de sorprenderse por la derrota catastrófica y se ven obligados a hacer un mea culpa de gestión para resetear a fondo una estrategia de cambios si quiere evitar nuevos escándalos electorales en las próximas elecciones municipales del 2026.

La Justicia Electoral estableció el domingo 4 de octubre del próximo como fecha para elegir intendentes y concejales de 262 distritos del Paraguay, incluido Asunción, la plaza más fuerte en cantidad de votantes.

La victoria prietista en Ciudad del Este significa políticamente no solo un golpe fuerte al oficialismo colorado en el poder, sino un incentivo mayúsculo para las alicaídas filas de la oposición en Paraguay, que no termina por definir candidaturas y tambalea en el horizonte político, de frente a dos elecciones clave para definir el futuro del país, como son las próximas municipales del 2026, y las elecciones generales del 2028.

El bullicio generalizado propiciado por los resultados de votación en la capital del Alto Paraná ha logrado, por un momento, dejar de lado diferencias de opinión, para generar un ambiente de unidad con vistas a la próxima elección de intendentes y concejales.

De esta manera, políticos cuestionados como Kattya González, Efraín Alegre, Esperanza Martínez, Johana Ortega, Celeste Amarilla y tantos otros sedientos de poder, con discurso crítico contra el cartismo, aparecen con fuerza en holdings mediáticos afines con el objetivo de sacar tajadas del momento de gloria experimentado por la oposición, de la mano de Prieto.

En el otro frente, la paliza electoral acusada en el Este por el intendentable colorado cartista Roberto González Vaezquen provoca un compás de autocrítica en la alta dirigencia de la ANR, acusada de elegir a un candidato fallido y dejar de lado a la dirigencia natural de Ciudad del Este.

Otra gota que colmó el vaso fue el ninguneo total del Partido Colorado a los reclamos de la gente, que ante el menosprecio e indiferencia optó por volcar su irritación en las urnas, con resultado parecido al logrado en las presidenciales del 2008, cuando en medio de la sorpresa generalizada ganó las elecciones el ex obispo Fernando Lugo con votos de colorados engañados por la dirigencia natural de la ANR, representada entonces por Nicanor Duarte Frutos, etiquetado después como “mariscal de la derrota”.

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