El sitio «La Hora» publica esta imagen que replica en su real magnitud y gravedad la ley sanitaria, en medio de una ambigüedad que expone la improvisación y desorientación de las autoridades.
Un ejemplo patético del extravío de las autoridades nacionales en cuestiones esenciales para el desenvolvimiento poblacional en esta época dura de la pandemia es lo que ocurre con el decreto que establece límites para el movimiento de personas, tanto en el ámbito público como privado.
Por un lado, el gobierno prohíbe todo tipo de aglomeraciones para evitar riesgos de contagio del coronavirus pero, por otro lado, permite la regulada de los micros del servicio de transporte público, que obliga a los pasajeros a viajar hacinados como sardinas y exponerse abiertamente no solo a contraer el covid, sino cualquier otra enfermedad contagiosa.
Otra medida cuestionada por la ciudadanía es el decreto emitido este fin de semana que establece horario restringido para el movimiento de la gente en la vía pública.
De acuerdo al documento oficial, a partir del jueves nadie podrá circular a partir de las 20:00 horas, hasta las 5:00 del día siguiente, salvo casos excepcionales debidamente comprobados, tales como personas comprometidas en servicios esenciales o afectadas por algún imponderable que requiera la atención sanitaria de urgencia o de servicios de seguridad, entre otros.
“Este gobierno es increíble”, cuestionó este lunes un ciudadano mientras aguardaba la demorada llegada del colectivo que le pueda acercar a su lugar de trabajo en el microcentro de Asunción.
Explicó que “nuestras autoridades establecen limitaciones totalmente ilógicas y contrapuestas porque, por un lado, debemos evitar las aglomeraciones como las registradas diaria e impunemente en los colectivos de transporte, pero, por otra parte, se permite el gentío en las filas de los supermercados e incluso en las manifestaciones de protesta, en medio de una ambigüedad notoria y lamentable”.