La ciudadanía se ingenia para demostrar su indignación ante el desastre del gobierno, y convoca a la gente a manifestarse contra la corrupción y la inutilidad de las autoridades. Mientras, Marito hace grandes esfuerzos para acumular el desprecio popular.
En abierto desafío a la ley sanitaria y el nuevo decreto que establece restricciones severas para el movimiento de la gente, indignados sociales vuelven a autoconvocarse para hacer sentir el rechazo popular a la corrupción, la ineficiencia del gobierno, la falta de vacunas y la grave indefinición de temas acuciantes como la reconversión económica, que se mantiene cajoneada, y especialmente la gobernabilidad, que actualmente está en el limbo con un gobierno tambaleante y totalmente perdido.
“¡Marzo es el mes anticorrupción!”, postea este lunes en su sitio social la indignada Diana Elizabeth Funes, quien señala la necesidad de que la gente manifieste su contrariedad por el desastre de gestión gubernamental.
“Nuestro inútil presidente ha demostrado en todo este tiempo una desorientación total y un abandono gravísimo de sus responsabilidades como estadista, al punto que los poderes fácticos son los que realmente tienen el timón de este país, y los ciudadanos hacemos el triste papel de víctimas o convidados de piedra al momento de poner sobre la mesa los problemas y las soluciones”, recalcó.
En el mismo sentido que otros centenares de indignados, Funes dijo que este marzo debe ser etiquetado como “mes anticorrupción”, y que la ciudadanía debe demostrar por los diversos medios a su alcance su contrariedad contra Marito y sus ministros, todos ellos señalados de “ineptos y corruptos”.
“Está demostrado históricamente que el pueblo unido nunca será vencido, por lo cual no debemos arriar nuestra bandera de lucha, más aún en momentos que el gobierno está haciendo todo lo posible para desalentarnos, y en ese sentido, por ejemplo, declaró alerta roja por el covid, pero nosotros declaramos alerta roja por la corrupción”, posteó Alejandro Irala Franco.
Para este martes está prevista una gran manifestación de ciudadanos en general, estudiantes y campesinos en el microcentro de Asunción, como parte de la escalada de medidas de protesta contra el desastre del gobierno de Marito.