Vecinos que alegan sentirse afectados por los sojales decidieron montar un campamento “para cuidar el ambiente de la zona”, según señalaron.
HORQUETA (Por Freddy Rojas).
Pobladores de la localidad de Cepingo Cañada, ubicada a unos 15 kilómetros de esta ciudad, informaron a través de Radio Guyracampana de Horqueta que otros habitantes de la citada compañía alquilan sus tierras a los menonitas para el cultivo extensivo de la soja y el maíz.
Juan Amarilla y Genara Bazán coincidieron en señalar que no aceptan el cultivo de ambos rubros, principalmente la soja, debido a que los agroquímicos contaminan el suelo y el medio ambiente y perjudican a los pobladores que viven en sus inmediaciones, como viene ocurriendo desde hace años en otras compañías de este distrito.
Para luchar contra el problema, el viernes último los pobladores del lugar se reunieron en el domicilio de Narciso González, donde decidieron montar un campamento “para cuidar el ambiente de la zona”, según señalaron.
El fin de semana pasado las lluvias registradas en esta zona impidieron que instalen el campamento y debido a que pararon las precipitaciones pluviales recién al mediodía de este lunes colocaron una carpa en el lugar.
Unas 15 personas se ocuparon del trabajo del campamento, donde colocaron una bandera paraguaya y estarán en el lugar para detener a las personas que desean cultivar el citado rubro.
Los manifestantes expresaron que no quieren provocar enfrentamientos o conflicto alguno con los que alquilaron sus tierras a los menonitas, que copan los departamentos de Concepción y San Pedro.
Explicaron que buscarán la ayuda de las autoridades de este distrito y del departamento de Concepción para que les acompañen en sus reivindicaciones y se evite la práctica del cultivo de soja transgénica, a más del uso de plaguicidas y herbicidas, “porque son peligro no solo para la salud del hombre, sino de los animales e incluso algunas especies de plantas”, alegó Amarilla.
Ante la reacción de los pobladores de Cepingo Cañada, el técnico de la Organización Zonal de Agricultores Agroecológicos (OZAE), Ing. Agr. Guido Mendoza, comentó que los cultivos extensivos de soja con semillas transgénicas desde hace años generan conflictos en varias localidades por la contaminación del ambiente y algunas familias tuvieron que emigrar a otras compañías al sufrir las consecuencias del problema.
Recordó que en el 2015 las autoridades municipales de Horqueta aprobaron una ley de zonificación agroecológica para que la soja no se cultive en las cercanías de las localidades de Capitán Giménez y Calle 13, donde se encuentran las comunidades de Alfonsocue, Toldo Cue y otras compañías de este distrito.
Mendoza agregó que los agricultores que alquilan sus tierras para el cultivo de la soja a los menonitas o a otros productores cometen un gran error, debido a que el suelo donde se planta por algunos años el citado rubro pierde su fertilidad y al devolverla a sus dueños se quedan sin la posibilidad de cultivar los rubros de consumo.
Apuntó que eso ocurre porque los agrotóxicos (nombre dado a los agroquímicos por organizaciones ecologistas) de la soja matan a los microorganismos que son los alimentos para las plantaciones de esos alimentos y les instó para que no cometan ese error, porque les acarreará una gran pérdida.
El técnico de la OZAE también dijo que los cultivos de soja deben realizarse a tres kilómetros de las localidades donde viven seres humanos e inclusive animales, pero afirmó que los mismos productores de soja con las autoridades nacionales aprobaron una ley para que se cultive ese rubro a 100 metros de las comunidades.
Añadió que cuando los agroquímicos contaminan el medio ambiente en las cercanías de zonas poblacionales ocasiona la muerte de gallinas, afectan a animales vacunos, porcinos y hasta afectan las plantaciones de rubros de autoconsumo, como granos, frutas, hortalizas, cultivados con métodos agroecológicos, y obligan a los dueños de las tierras a venderlos y salir del lugar.
“Es fundamental que las autoridades nacionales pongan límites al cultivo extensivo de la soja para que se plante ese rubro a tres kilómetros de las localidades y evitar esos males”, concluyó el técnico agroecológico.