La sra. Pelusa de Ruiz aparece rodeada por indígenas de Kambay y visitantes en la panadería de la comunidad donde producen sabrosos panes destinados a la alimentación familiar y también para la venta. Un orgullo de la candidata a senadora que impulsa la capacitación en oficios.
El amor por los demás como rutina de vida es una práctica que permite a mucha gente sortear el duro escollo que representa cada día, especialmente en sectores donde la pobreza golpea y deja su impronta de necesidades y carencias.
Esto lo lleva presente adonde quiera que vaya la señora Pelusa de Ruiz, voluntaria social, quien ha presentado su candidatura a senadora de la Nación precisamente para procurar mejores condiciones de vida para todas las personas necesitadas, especialmente aquellas instaladas en cinturones de pobreza de la ciudad, como las comunidades indígenas y campesinas.
Pelusa de Ruiz es reconocida por comunidades indígenas Aché, Mby’á Guarani y Avá Guarani, integrantes de la Asociación Territorial Pueblos Originarios (ATPO), como la fuerza motriz que impulsa el desarrollo de las familias indígenas a través de la autogestión, la ayuda solidaria, el apoyo y el acompañamiento para poner en marcha los proyectos productivos.
Un ejemplo digno de destacar, y que ha sido objeto de congratulaciones en los ámbitos nacional e internacional es el modelo de desarrollo implementado en la comunidad indígena Kambay, y en otras comunidades indígenas y campesinas del Departamento de Caaguazú, donde Pelusa de Ruiz impulsó con fuerza el amor propio y el empoderamiento de los hombres y mujeres que, en unidad de criterios y trabajo, lograron construir, cavando a pala, 45 estanques de piscicultura para engorde de peces (tilapia y pacú) y recibieron la capacitación para su cuidado y alimentación.
Estos peces son destinados a la alimentación saludable de las familias.
A más de ello, funciona en el lugar una panadería, como fruto de la gestión de la señora Pelusa de Ruiz en el Ministerio de Industria y Comercio y técnicos del SNPP que capacitaron a jóvenes indígenas en la producción de panificados, que son destinados a la alimentación de la comunidad y también a la venta.
Donaciones y capacitaciones para el trabajo de ganadería, agrícola y hortícola, entre otros, configuran el abanico de actividades desarrolladas en el lugar, donde funciona el Primer Hospital Indígena “Tesâira Rekávo”, construido con donaciones privadas gestionadas por ella, con apoyo de generosos impulsores.
Las familias indígenas cuentan en el centro sanitario con atención digna más medicamentos gratuitos en varias especialidades como Clínica Médica, Ginecología, Mamá Club, Pediatría, Odontología, y otros servicios importantes no solo para las comunidades de la ATPO sino para la población campesina circundante.
Toda esta iniciativa en favor de los más necesitados fue impulsada por la señora Pelusa de Ruiz, quien desarrolla otras múltiples actividades solidarias en la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Asunción y en la Pastoral Indígena Arquidiocesana (PIA), donde extiende su mano generosa para ayudar a los demás, especialmente en épocas de adversidades climáticas y atmosféricas como inundaciones y sequías, cuando la falta de alimentos golpea a los damnificados.
Durante 9 meses de pandemia organizó ollas populares del Comedor Chiquitunga con 1.550 almuerzos diarios y 800 meriendas.
Es Servidora Voluntaria de la Soberana Orden Militar de Malta, en Caacupé.
La candidata a senadora de la nación precisa del voto de los paraguayos para llegar al Congreso y desde ahí poner en práctica, con toda su experiencia, sus proyectos electorales que, en su mayor parte, apuntan al desarrollo personal y familiar mediante la autogestión y el empoderamiento como factores clave en la lucha contra el ocio y la falta de oportunidades que generan necesidades y pobreza.
“Otra de mis metas es la realización de talleres gratuitos de finanzas empresariales para que los beneficiarios del Banco de la Dignidad manejen bien su emprendimiento”, afirma la señora de Ruiz.