La rutina en una institución compleja y esperanzadora como el Incan exige alta dosis de humanidad, empatía y calidad de servicio. El Dr. Rolón desgrana la situación de este gran complejo asistencial adonde acude el 95% de los enfermos de cáncer.
Durante mucho tiempo cáncer significaba muerte, pero hoy día la situación ha cambiado mediante varios factores, entre ellos la tecnología y los recursos humanos, afirma el Dr. Julio Rolón, director general del Instituto Nacional del Cáncer (Incan), y expresó a La Mira algunos logros, potencialidades, carencias y proyectos durante su gestión que lo iremos publicando en sucesivos días en honor al espacio.
– Es un desafío y un compromiso grande manejar un hospital tan complejo como el Incan.
– Totalmente. En este lugar acude el 95% de pacientes con cáncer en Paraguay y uno de los grandes avances que quiero comenzar por destacar es el presupuesto, que de 1,5 millones de dólares hace 6 años pasamos a casi 80 millones de dólares. Hemos ampliado muchas áreas de asistencia y adquirimos un segundo acelerador lineal e incluso se encuentra un tercero en camino, pronto tendremos operativo el resonador y ni hablar de medicamentos. Hace 6 años sólo contábamos con 12 medicamentos y ahora tenemos 64, entre ellos algunos de altísimo costo (uno cuesta G. 25 millones y otro casi G. 50 millones), sin ningún costo para el paciente.
-Las carencias apuran.
– Totalmente. Así como hemos mejorado en muchos aspectos, somos conscientes de que no es suficiente; avanzamos mucho en recursos humanos con más de 350 personas que fueron incorporadas en los últimos 6 años, lo cual representa para nosotros un avance cuantitativo, porque cualitativo no podemos decir que estamos al 100% teniendo en cuenta que si a la gran mayoría de los pacientes se les asiste adecuadamente, pero con uno no estamos pudiendo cumplir, es como que la falta les llega a todos.
-Y surgen los descontentos.
-Se amplifican las necesidades porque la gente muchas veces resalta las carencias y eso como funcionarios nos afecta porque es como que no se reconoce el esfuerzo que hacemos en la institución. Entendemos que somos servidores públicos y que no estamos aquí para recibir reconocimiento a nuestro trabajo, por eso manejo un eslogan propio que dice: quiero ser útil y no importante.
– ¿Son conscientes de que están el ojo de la atención pública?
– Así es, y en este punto quiero señalar que el Incan está destinado a la atención de personas con cáncer y también sus familiares, porque cuando esta enfermedad afecta a una persona altera todo el ambiente familiar, por eso digo que el cáncer nos une; se trata de la enfermedad más emblemática que exige humanidad, entonces lo que hace es extraer de uno mismo esa sensibilidad, empatía y humanidad que nos convierte a todos en uno más de la vida de ese paciente.
-Durante mucho tiempo cáncer significaba muerte.
-Eso ha cambiado totalmente porque, de hecho, el cáncer se cura, cuando dos décadas atrás no se podía decir lo mismo.
-Hay un punto de partida esencial.
-Totalmente, y es la tecnología. Estamos en la era de la tecnología, que ha posibilitado avances gigantescos en materia de tratamiento del cáncer, y eso es alentador desde el punto de vista del pronóstico, y acá quiero entrar en un detalle muy importante porque se escuchan de forma recurrente los amparos, que son herramientas que los pacientes utilizan para seguir viviendo a través de un medicamento que no provee el Ministerio de Salud ni ninguna otra institución en el país, y prolongar de esa manera su esperanza de vida.
-La salud a través de la Justicia.
-Los amparos incluyen medicamentos de altísimo costo con posibilidad de alargar la vida del paciente porque cuál es el sentido de la ciencia, buscar prolongar la vida de esas personas en las mejores condiciones y si en ese lapso aparece otra medicación mejor tomemos esa posta, que se llama posta tecnológica. Como Incan estamos avanzando en materia de tecnología y quiero resaltar acá que ayer por ejemplo se aprobó un pedido para la compra de medicamentos de altísimo costo y comprobados resultados que están saliendo muchísimos a través de amparos.
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