Campamento improvisado en el monte, presentado como propiedad del EPP por parte de la Fuerza de Tarea Conjunta, que alega haber contado con informes estratégicos sobre la ubicación del grupo armado, pero aún así lograron escapar piezas claves del engranaje terrorista.

El millonario operativo de la polémica Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el norte, que permitió el descubrimiento de un campamento clandestino del terrorista Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y el posterior abatimiento de dos mujeres señaladas como miembros del grupo insurgente presentadas ante el país como trofeos de guerra, obliga al gobierno a estrechar filas para escudriñar los montes de Yby Yaú hasta encontrar a los jefes subversivos y presentarlos ante la justicia como verdaderas prendas de lucha.

De otra manera, si esto no llega a concretarse (como adelantadamente lo describe el observatorio social incrédulo de este tipo de acciones oficiales), nuevamente el país se quedará expectante ante la realidad de una situación que se arrastra de años, y que en todo este tiempo se ha mantenido invariable, rodeado de misterios, intrigas, sospechas e intercambio de acusaciones.

A más de ello, las fuerzas especiales contra el terrorismo y la inseguridad instaladas hace años en el norte del país, como garantía de paz y tranquilidad, nuevamente quedarán con una enorme deuda, sumando sobre sus cabezas la crítica de sectores que se oponen a la presencia de estos uniformados porque succionan un presupuesto millonario sin presentar respuestas significativas.

La gente se pregunta cómo es posible que soldados y oficiales fuertemente armados y equipados, con sumas de conocimientos y habilidades, formados muchos de ellos en centros de adiestramiento anterrorista del exterior, con todo el tiempo y los recursos del mundo para establecer una estrategia de lucha exitosa y fuera de discusión, hayan fracasado nuevamente en su misión principal de destruir un fortín terrorista, en este caso el EPP.

Dónde han dejado estos soldados especiales las lecciones aprendidas en las aulas acerca de misiones de patrulla y, esencialmente, los trabajos de inteligencia obligatorios que deben realizarse antes de cada operativo de envergadura, como el realizado en Yby Yaú.

Cómo puede ser que se les escapen de las manos líderes cuya detención podría haber iniciado el fin del largo calvario de la acción terrorista en Paraguay, responsable de tantos secuestros extorsivos, muertes y dolores compartidos.

Al final de los episodios registrados en el norte con respecto al operativo realizado este miércoles, la FTC debe explicar, a través del comandante Marito, los detalles reales de sus acciones y los motivos de su éxito o fracaso, que nuevamente se encuentran en el ámbito de la desconfianza e incredulidad generalizadas.

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