Invasores de Pindó delinean estrategias de ocupación y permanencia alentados por políticos de izquierda a quienes se sumaron legisladores «demócratas» que buscan destruir la propiedad privada como parte de un plan siniestro del socialismo bolivariano basado en el populismo rampante.

Un reciente conversatorio de empresarios e inversionistas en el hotel Sheraton de Asunción trajo nuevamente a colación un tema de actualidad subyacente manejado de forma quirúrgica por sectores reaccionarios y antipatriotas que buscan con medidas populistas generar el ambiente propicio para la anarquía y el caos en el país, pisotear la Constitución Nacional y desalentar toda forma de desarrollo que no sea el crecimiento de la maquinaria “Siglo XXI” y adherentes.

Este tema emergió como telón de fondo de una cuestión de candente actualidad en el Paraguay, como son las invasiones de propiedades privadas que, según los datos, suman casi 100. Las tierras están en poder de organizaciones que enarbolan la bandera social, pero, en la práctica, exhiben señales claras de sumisión a un esquema de perversión política que busca, entre otros objetivos, obtener lucro fácil y rápido a costa del esfuerzo y la inversión privadas, en un país donde el desarrollo impulsado por el gobierno está direccionado a otros intereses, menos a los requerimientos ciudadanos, y las pruebas están a la vuelta de cada esquina.

Un proyecto de ley articulado por la izquierda paraguaya intenta con fuerza legalizar las invasiones, para lo cual cuenta con el aporte sustancioso del propio presidente del Congreso Nacional, Oscar Salomón, y un exclusivo club de amigos capitaneado por el luguismo, donde resaltan las figuras de los senadores Pedro Santa Cruz (irónicamente, presidente de la Comisión de Reforma Agraria que defiende, alienta y estimula las invasiones), Sixto Pereira, Hugo Richer, Desirée Masi, Víctor Ríos, Amado Florentín y el polémico Paraguayo “Payo”Cubas, entre otros.

Los senadores Santa Cruz, Pereira y Richer fueron filmados en el establecimiento productivo Pindó del distrito de Yvyrarovaná, distrito de Canindeyú, profiriendo proclamas revolucionarias (terroristas) a los invasores de esa propiedad privada, sugiriéndoles abiertamente y sin rubor alguno seguir con las ocupaciones de tierras ajenas en esa región y el país, para lo cual contarían con el apoyo necesario de logística e impunidad de parte de la corriente izquierdista instalada en sectores claves del poder.

De esta manera, el proyecto de ley que busca blanquear las invasiones sigue viento en popa en el Congreso de la nación, donde se libra una lucha aparte entre legisladores que exigen el respeto a la Constitución y las leyes de la República como carta de crédito para la vigencia del Estado de Derecho, por un lado, de frente a otro compartimiento donde falsos representantes del pueblo pretenden imponer el ideario socialista regional que apunta a instalar en el país un modelo político sin ley, sin división de poderes y sin propiedad privada.

“Estamos a las puertas de un quiebre institucional y, lo más trágico, es que propios agentes de gobierno y de Estado están involucrados hasta la médula en el plan de perversión pública que busca imponer el populismo por encima del espíritu y la letra de la propia Constitución Nacional, en una práctica que, como se ha visto en países como Cuba y Venezuela, solo produce caos, destrucción, miseria y muerte”, opinó uno de los presentes en el conversatorio, donde las caras largas constituyeron la constante, más aun después de que quedara expuesta la responsabilidad abierta del gobierno de Abdo Benítez en el esquema que apunta a bastardear el sistema democrático y republicano que supuestamente rige en el Paraguay, para imponer con sofismas la ideología bolivariana adulterando arteramente los clamores de la gente.

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