Ríos no responde a los intereses saludables de los «comunes» sino a la agenda del Nuevo Orden Mundial, señalan críticos a la candidatura de este abogado de medio pelo como ministro de la Corte.

Bajo el hashtag *VotasARíosPerdésMiVoto, centenares de posteadores expresan adjetivos de ofensa contra la persona y la figura del senador Víctor Ríos, rescatado de la basura política como candidato potencial para ocupar nada menos que el cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia.

“Mucho cuidado con votarle a este inútil y oportunista que nada bien le ha hecho al país desde su ambiente de confort libando eternamente las tetas del Estado”, publica este miércoles el indignado social Agustín Perdomo, en referencia a la posibilidad latente de que Ríos ocupe uno de los nueve curules de ministro de la Corte.

El referente liberal, asociado a grupos radicales de izquierda e ideologías totalitarias de globalismo recalcitrante, es señalado de ser ferviente defensor del aborto, el casamiento entre homosexuales, la implantación de la ideología de género en la educación, el feminismo a ultranza y la pérdida de la soberanía de la nación a través del Acuerdo de Escazú, carnal del socialista Foro de San Pablo preconizado por el castro-chavismo extremista.

“Ríos, ni más ni menos, es un fiel exponente del Nuevo Orden Mundial que tiene el objetivo de instalar paradigmas revolucionarios de vida, totalmente contrarios a la ley de Dios y, por tanto, rechazados por fieles cristianos”, posteó Ana Margarita Alen, tras llamar la atención acerca del peligro que acecha a la sociedad decente de parte de actores sociales y políticos al servicio del mal.

En las redes sociales circula masivamente el referido hashtag, que alega oposición a la candidatura de Ríos como ministro de la Corte, y que, según sus mentores, ha logrado generar conciencia acerca del peligro que corren las instituciones y la vida saludable del país con el desembarco de Ríos en la Corte.

Informes recabados por La Mira señalan que el abogado Ríos, señalado de vender notas y fabricar doctores en Derecho con puntuaciones generosas para los amigos en su gestión de rector de la Universidad de Pilar, ni siquiera es reconocido como profesional que ejerce su profesión sino como un conocido ventajista y pescador de río revuelto que, bajo la sombra del poder, se mantiene en libertad y sin reproche.

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