En la página virtual de Payo aparece esta foto de la quema del Congreso con la leyenda «¡Se viene!». La apología a la violencia y el atropello a la seguridad de la República propiciados por el partido anarquista no son suficientes para atrapar a su poderoso líder.

El ahora ex candidato a presidente de la República, Paraguayo “Payo” Cubas, sigue haciendo de las suyas, demostrando un poder omnímodo y poniendo de rodillas no solo a la justicia sino al país al generar un caos jurídico, político, social y ahora urbano, tras amenazar con atropellar el edificio asunceno del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) a través de hordas salvajes a su servicio que tienen su poder armas blancas, palos, piedras e incluso un arco con flecha que les fue decomisado por la Policía.

Este viernes, el temor a la amenaza de que payistas volverán a atacar el Tribunal Electoral provocó el cierre de la avenida Eusebio Ayala que pasa por frente al TSJE, y que soporta un tránsito diario de al menos 45.000 vehículos según la Municipalidad de Asunción, provocando un caos mayúsculo a partir de la hora en que la gente acudía presurosa a sus lugares de trabajo a pesar de la lluvia.

Airadas quejas cosecharon tanto los agentes por desviar el tránsito como así también Payo Cubas, a quien acusan de ser culpable directo de la situación.

Cubas, un candidato de oscuros antecedentes quien se autodefine como patriota y anarquista, entre otras etiquetas figurativas, surgió de las trastiendas de sectores sociales del bajo mundo que vieron en él una opción de valor para luchar contra la corrupción, la discriminación y la pobreza en el país.

De esa manera, Payo logró un cupo de inscripción en el Tribunal Electoral como candidato a presidente de la República para las elecciones del pasado domingo, cuando cosechó un caudal electoral formidable que resultó en la tercera fuerza política con nada menos que 6 senadores electos.

Los sucesos que derivaron en el atropello del TSJE por denuncias de fraude electoral presentadas por el movimiento Cruzada Nacional pusieron en pie de guerra a los perdedores, quienes se alzaron en rebeldía no solo contra el proceso electivo sino contra la paz de la República.

El propio Payo amenazó abiertamente, a través de las redes sociales que le sirven de plataforma de marketing, con “incendiar el país” y atacar las instituciones públicas en caso de que “no se cumpla la voluntad popular”, esto es, torcer a su favor los resultados electorales, específicamente los guarismos de un local electoral de Ciudad del Este que, según sostiene, fueron premeditadamente manipulados en contra de su partido.

En la contraparte, los tres ministros del Tribunal Electoral (dos opositores y un colorado) coincidieron en afirmar que el proceso ha sido claro y transparente, y que todos los partidos en competencia han tenido al menos dos años de tiempo para hacer revisiones y eventuales pedidos de corrección, antes de dar su aprobación.

“Los propios observadores internacionales, tanto de la OEA como de la Unión Europea y de Estados Unidos presentes en el acto comicial destacaron la calidad de todo el proceso y felicitaron a las autoridades electorales y también a los partidos políticos por este ejemplo de civismo ciudadano”, señaló Jaime Bestard, ministro colorado del TSJE.

De acuerdo a los datos, en un primer momento fueron detenidas 75 personas acusadas de perturbación a la paz pública y otros delitos en el ataque al Tribunal Electoral, pero ahora solo quedan 25 recluidos en la Agrupación Especializada de la Policía Nacional, que supuestamente deberán enfrentar juicio penal, aunque en voz baja dan como seguro su pronta liberación, como siempre ha ocurrido en casos parecidos de protesta pública.

Con respecto a Payo, la justicia duda en librar orden de captura en su contra, a pesar de los graves cargos penales y criminales que pesan en su contra, entre ellos la apología a la violencia, atentado contra la seguridad del Estado, amenazas de muerte y tantos otros.

“Un solo tipo le pone de rodillas al Paraguay, en una actitud degradante y vergonzosa para las autoridades, que si ahora no detienen este abuso serial seguramente pagarán las consecuencias”, afirma este viernes en su sitio social el indignado Sebastián Cubera, tras calificar a la justicia de no actuar por inoperante, ineficiente, miedosa y cobarde.

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