El incendio del local partidario la noche de este miércoles sería apenas el preludio de reacciones en cadena de una ciudadanía descontenta que vuelca sobre la centenaria nucleación política la hiel de su decepción, que podría culminar con una bofetada masiva y contundente a la ANR en las generales del 2023. Foto: Diario Mayoría.

Con un escenario parecido a los hechos inmediatamente anteriores a las elecciones generales del 2008, cuando el Partido Colorado en el poder se burlaba de la ciudadanía con abusos generalizados e impunes y debió arriar su bandera en el poder, que lo venía manteniendo desde hacía más de medio siglo, así mismo puede caer de nuevo el centenario partido por omisión y negligencia de sus líderes actuales, que se han alejado de los intereses y reclamos del pueblo votante para involucrarse en negociados feroces y repartija discriminada de privilegios, mientras miles de paraguayos no tienen pan para llevarse a la boca.

La gente aún recuerda cómo el ex obispo de San Pedro, Fernando Lugo, subía al poder de la República de la mano de una ciudadanía harta, como ahora, de la gestión de sus gobernantes.

Ni el propio Lugo asimiló en un primer momento el resultado de las votaciones y así, de la noche a la mañana, prohijado por opositores con líderes desgastados que necesitaban urgentemente una persona con perfil limpio, asumía la primera magistratura de la nación que, como es sabido, pagó caro por los abusos en cadena protagonizados por el ex “hombre de Dios” que llegó a ser comparado con el mismo diablo.

Hoy día, la situación no es diferente; es más, coincide en muchos compartimientos con el luguismo corrupto entregado a los brazos del socialismo chavista.

Marito no se entrega al socialismo chavista, pero sí le rinde pleitesía a la mafia de raíces capitalistas que arrasa con los “comunes” para entronar un sistema de poder que monopoliza los cargos, recursos y privilegios, y tira a los leones a la población carenciada.

La ANR no ha logrado en este tiempo ningún mérito como para tentar optimismo para el 2023.

Antes bien, viene acumulando fracasos en cadena que precipitan la reacción popular e instalan una aversión histórica contra el centenario partido creado por Bernardino Caballero y degenerado por el stronismo, que le tiene a Marito como uno de sus hijos pródigos.

A nadie extrañaría que, dentro de poco, cuando se dé el puntapié inicial al proselitismo eleccionario con vistas a las generales del 2023, los candidatos colorados sean recibidos con pedradas y escupitajos, como secuela del odio que han instalado en la población ninguneada en sus reclamos, y manoseada hasta el extremo por sus líderes corruptos, antipatriotas, oportunistas y extendidamente inútiles.

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