“¿Cómo pretenden que algún gobierno israelí abandone el Muro Occidental o Muro de los Lamentos? ¿Volveríamos a aceptar la limpieza étnica anterior al ’67?», expresa Israel. Foto: Crown Travel.

“Pareciera que nunca hubiéramos existido, cuando la realidad es que el judaísmo le ha legado al mundo un tesoro espiritual incalculable: la Fe en un Dios único. El monoteísmo salió de los judíos y la palabra del Libro de los Libros también”, señala el Gobierno israelí tras apuntar que hoy día los musulmanes intentan borrar esa historia.

“Ellos quieren Jerusalén, no por amor sino por honor. Por el simple hecho de arrebatársela a los judíos. Para ello, y como es su costumbre, la forma que tienen de hacerlo es a través de la mentira”, expresa Israel a través de su consulado en Guayaquil, Ecuador.

Acerca de las “mentiras”, haciéndose eco de la versión musulmana acerca de que “la entrada de Mahoma en Jerusalén, según el Coran, fue un sueño”, declara que “nunca estuvo físicamente en Jerusalénm ni se menciona que ese viaje que soñara fuera en Jerusalén. Nunca fue capital de ningún país árabe, nunca fue nombrada en el Corán, y Mahoma no pudo elevarse al cielo desde la Mezquita de Al Aqsa porque no estaba construida. Todos son inventos de aquellos que, queriendo quedarse con nuestra tierra, hacen de la propaganda y su manipulación un uso permanente y espurio. Nunca le dieron importancia a Jerusalén y durante los años que estuvo bajo gobierno jordano nadie la reclamó”.

“Jerusalén y el templo son los testimonios más documentados de nuestra milenaria presencia en la tierra de Israel. Las excavaciones arqueológicas demuestran fehacientemente que Jerusalén fue judía desde que el Rey David la conquistó. Era una ciudad jebusea. Trozos enteros de muros de palacios con inscripciones en hebreo, vasijas, cerámicas construidas en el Siglo X Antes de Cristo, en el periodo del Rey Salomón, demuestran la presencia del judaísmo mucho antes que se produjera la invasión islámica cuando el califa Omar entró en Jerusalén en el 638 después de la era común. Igualmente, siempre hubo judíos en Jerusalén.

“Son 3.300 años de presencia judía, salvo cuando los jordanos echaron a los judíos de Jerusalén: desde 1948 hasta 1967. Fueron 19 años en que no hubo judíos allí. No quieren excavaciones. Todas descubren restos del pueblo judío. Los árabes conocen muy bien la historia, pero la falsean”, puntualiza Israel.

Luego de presentar una serie de evidencias que transcurren a lo largo de los siglos, se refiere a la puja de la Ciudad Vieja, de tan solo un kilómetro cuadrado y 35.000 habitantes.

“¿Cómo los gobernantes de los países que hablan de delimitar nuestras fronteras al ’67, (que no son fronteras, sino líneas de armisticio), pretenden que algún gobierno israelí abandone el Muro Occidental o Muro de los Lamentos, la Universidad Hebrea en el Monte Scopus que los árabes nunca lograron ocupar, la Colina Francesa o Ramat Eshkol? ¿Volveríamos a aceptar la limpieza étnica anterior al ’67? ¿Y si Hamas toma el poder en Cisjordania, como paso en Gaza? No tenemos garantías que no sucederán ante el poder frágil de Mahmoud Abbas”, apunta el escrito.

Ante este estado de cosas, advierte que “Israel debe estar alerta permanentemente. Seguimos rodeados de enemigos. Israel no tiene garantías de paz. Los radicales islámicos están al acecho para convertir un mundo libre en un mundo sometido, lleno de autoritarismos, regido por la ley de la sharia”.

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