Marito se ríe de los pobres asegurados, que deben pagar el rigor de una institución plagada de robos, arbitrariedades y desprecio por los intereses de los asegurados. El presidente vuelve a fallar al nombrar a un titular inepto al frente del seguro social.

No pudo ser peor la intervención del presidente Mario Abdo Benítez en el IPS al nombrar como presidente a una persona extendidamente incapaz de manejar la institución, que al poco tiempo de asumir el cargo ha acumulado denuncias multiplicadas de corrupción, ineficacia, maltratos a asegurados, falta de medicamentos e insumos, y negociados multimillonarios en licitaciones amañadas para beneficiar a amigos y a la clientela mafiosa que está instalada desde hace décadas en el ente de seguro social.

El Dr. Vicente Battaglia, a partir de su cargo de presidente del Consejo de Administración, viene acumulando críticas de variado calibre que ponen en tela de juicio su capacidad e idoneidad para desempeñar el liderazgo de un ente carcomido por la corrupción y el desprecio por los intereses de los asegurados aportantes.

Pese a ello, Marito nunca le ha retaceado su confianza, y el resultado salta a la vista con el nuevo escándalo desencadenado estos días donde la víctima propiciatoria es un anciano de 78 años a quien le cercenaron la pierna equivocada en una cirugía desgraciada que está en boca del mundo y que las autoridades previsionales estarían buscando ocultar a toda costa destruyendo evidencias, según fuentes confiables.

“No le sale una”, postea este miércoles un indignado social tras tomar conocimiento de las denuncias que se han presentado tanto en el aspecto formal como informal contra el presidente del IPS sin que se dignara siquiera en llamarle la atención sino, por el contrario, le ha venido renovando su confianza no se sabe bajo qué argumentos o pretextos, donde la salvedad es que en esta ocasión el culpable no es el cartismo.

En medio de la sinrazón de mantenerlo en el cargo a Battaglia, colectivos sociales se manifiestan con gruesos epítetos contra Marito y su aliado Battaglia, respaldados por corporaciones cómplices que forman parte del esquema de transas que otorga sumas siderales de beneficios extras para la rosca autoritaria.

Mientras tanto, familiares de don Ramón Samudio claman justicia y lanzan alaridos de protestas contra los médicos que tuvieron a su cargo la insólita cirugía defectuosa, buscando culpables y preguntándose mil veces cómo pudo haberse llegado a semejante barbaridad asistencial en un mundo médico cada vez más desarrollado y competitivo.

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