Fiel ejemplo de la calidad del servicio público de transporte que reciben los sufridos usuarios, ante el silencio de voraces empresarios y la complicidad de autoridades del MOPC y de municipalidades que permiten este tipo de abuso.

Se hizo viral estos días el posteo de un indignado social que se tomó la molestia de seguir los pasos a un colectivo del transporte público de pasajeros para demostrar el escenario absolutamente discrecional, abusivo e impune en que se moviliza el servicio, tanto en la capital como en ciudades del interior, donde los empresarios o dueños de las chatarras exprimen a sus unidades hasta sacarles la última gota de aliento sin molestarse en realizar el mantenimiento necesario.

“Estoy que les estoy mostrando les puede dar la pauta compatriotas de cómo somos víctimas eternas de empresarios desalmados a quienes no le importan los pasajeros sino acumular riquezas a costa de un servicio pésimo y lamentable, para lo cual cuentan con el apoyo y debida complacencia de nuestras autoridades, especialmente el Viceministerio de Transporte que es una cueva de sinvergüenzas ociosos, y las municipalidades, que cuentan con agentes de control exclusivamente capacitados para la coima”, expresa el ciudadano.

El video muestra señales de abandono del colectivo en cuestión, en este caso de la Línea 30, que cubre el trayecto Luque-Asunción y viceversa.

El caso es de antigua data en el singular servicio de transporte público de pasajeros, dominado por una claque intocable que perdura en el tiempo con la vinculación explícita del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), que a través del Viceministerio de Transporte viene convalidando, bajo diversas argucias, la vigencia de un esquema obsoleto y lastimoso para la imagen del Paraguay y sus autoridades.

Hace décadas venimos subsidiándoles a estos verdaderos piratas el costo de nuevas unidades que apenas vemos en las calles.

Lo peor es que nadie controla nada y entonces las calles se llenan de este tipo de basuras con ruedas que cada tanto mueren en servicio, ocasionando problemas en el tránsito y todo tipo de imponderables a los sufridos pasajeros, que no tienen representación porque tanto la Sedeco (Servicio de Defensa del Consumidor, dependiente del Ministerio de Industria y Comercio) como Asucop (Asociación de Usuarios y Consumidores del Paraguay) que en la práctica deberían intervenir en los abusos se borraron de las calles, dejando al pasajero totalmente indefenso, a merced de sus cancerberos empresarios.

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