Los líderes cartistas aparecen en un alto de la multitudinaria concentración partidaria en Guairá, un día después de los «ataques» de EE.UU. divulgados como tsunamis por la prensa aliada al abdismo, que se quedó «muda» ante tanto poder electoral. (Foto: La Nación).

“Esta es la respuesta que los guaireños le damos a nuestro líder y a todo el equipo de Honor Colorado”, afirmó un dirigente republicano que hizo la presentación del acto partidario realizado el sábado pasado, apenas un día después de que el gobierno de Estados Unidos divulgara una denuncia contra el expresidente de la República Horacio Cartes, a quien acusó de varios hechos negados por el afectado.

Miles de colorados cartistas se hicieron presentes en el acto republicano adonde fueron convocados para respaldar la candidatura de Santiago Peña como presidente de la República y Pedro Alliana como vicepresidente del país en las próximas elecciones generales del 2023.

“Esto apenas comienza”, disparó un colorado en los altavoces, tras explicar que a medida que se acercan las cruciales internas partidarias y las generales de abril próximo se irán sumando leales de todos los puntos del cuarto departamento del país.

“Queremos cambios profundos en el gobierno, cansados de la perversión pública galopante y la desidia culposa del actual presidente Mario Abdo Benítez por mantener a la gente sumergida en necesidades y miseria, corrupción e inseguridad, sin contar con actos repetidos de alta traición a la Patria, como la entrega de Itaipú al Brasil y el alineamiento a la receta de degeneración moral impulsada desde afuera por la satánica y globalista Agenda 2030”, recalcó el republicano.

En la oportunidad, Cartes negó las acusaciones de Estados Unidos hechas públicas por el embajador de ese país en Paraguay, quien fue acusado de entrometerse en asuntos internos de un país soberano y de presentar cargos sin aportar evidencias vinculadas e incluso mintiendo, como lo dio a entender el expresidente.

La multitud congregada en Guairá causó roncha, malestar y preocupación en carpas oficialistas, que esperaban una platea vacía luego de que el líder del movimiento partidario recibiera una andanada de ataques propiciados por la prensa amiga de Asunción, que daban destaque de catástrofe al informe del embajador Ostfield y colocaban sus micrófonos y flashes a expresiones de los dueños putativos de los medios “independientes”, especialmente el considerado “eterno perdedor” Efraín Alegre, y las diputadas opositoras Kattya González y Celeste Amarilla.

“Acá no están funcionarios públicos arreados y amenazados de quedar en la calle sin el pan diario, sino correligionarios que hicieron una pausa en sus rutinas para venir a dar su apoyo a los verdaderos colorados, porque los de la vereda de enfrente se han alquilado a la oposición concertada a cambio de votos para la impunidad y para seguir robándole al pueblo trabajador, que como nunca antes está padeciendo los sinsabores de este gobierno corrupto, inoperante y extendidamente inútil”, vociferó el republicano Cristian Sosa, en medio del bullicio y el colorido de la ocasión.

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