El encargado de negocios del gobierno norteamericano durante su visita en diciembre pasado a Paraguay, donde prometió continuar con el apoyo a nuestro país en varios proyectos, entre ellos la lucha contra la corrupción que mantiene contra la pared a su «amigo» Marito.

En la peor crisis de gobierno que enfrenta el presidente Mario Abdo Benítez, con manifestaciones espontáneas autoconvocadas por la ciudadanía que pide la renuncia del jefe del Estado por inútil y corrupto, el gobierno de Estados Unidos dio la cara ante la consideración nacional y global con un fuerte apoyo político a “Marito de la gente”, convertido hoy día en “Marito de la vergüenza”, solo ahupado por grupos interesados de zoqueteros y aduladores que viven a expensas de negociados, salariazos y planillerismo.

A través de voceros, entre ellos el propio secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, el gobierno del presidente Joe Biden envió sus saludos a Marito y prometió continuar con los proyectos instalados en nuestro país a través de ayudas y asistencias para el mejoramiento de la función pública y el desarrollo nacional.

Estados Unidos ha brindado históricamente todo tipo de ayuda al Paraguay, muchas de ellas con cuestionados propósitos, como por ejemplo recursos para la lucha contra el comunismo (después llamado terrorismo), que en la práctica se convirtió en una cacería brutal contra la disidencia oficialista y la oposición, mientras los millones donados eran repartidos generosamente entre los amigos, generándose nuevos ricos a expensas de una ciudadanía cada vez más pobre y extendidamente abusada.

Ahora, y para no variar, el país norteño repite su apoyo a un gobierno tachado de dictadura, abusador y corrupto, patentizado en las manifestaciones ciudadanas realizadas a lo largo y ancho del país, mientras el presidente inculpado no se anima a dar la cara y ofrecer explicaciones, sino se mantiene callado, rodeado de corruptos, en espera de más apoyo estratégico como el brindado por el gobierno de USA.

“Siempre mantuvo una política pirata, a sabiendas de sus objetivos exclusivamente ideológicos, y en esta ocasión no fue la excepción al brindar apoyo a uno de los peores presidentes de la época posdictadura, y no hace falta ir lejos para comprobar eso; solo se debe consultar con la ciudadanía abusada en sus derechos de vida digna con trabajo, educación no clientelista y salud con medicamentos oportunos y adecuados, sin descontar el tema de la seguridad, que mantiene amordazada y contra la pared a la gente”, posteó en su sitio social el indignado Roberto Carlos Rolón Vera al evacuar su opinión sobre la actitud de Estados Unidos.

En diciembre pasado, durante una visita protocolar a nuestro país, el encargado de negocios de Estados Unidos en Paraguay, Joseph (Joe) Salazar, reafirmó el compromiso de los Estados Unidos con la democracia paraguaya, especialmente lo relacionado al Plan Nacional de Integridad, Transparencia y Anticorrupción.

Durante el acto realizado en el Palacio de López, el diplomático norteamericano destacó el compromiso de «seguir apoyando al Gobierno, la sociedad civil y el sector privado en la consolidación de la cultura de la legalidad para luchar contra la corrupción en Paraguay».

Entre otros cuestionamientos, Abdo Benítez está acusado de depredar millones de dólares destinados a la lucha contra el coronavirus, involucrándose en una escalada de repudio ciudadano que, eventualmente, podría culminar con un juicio político y su salida del poder.

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