El ninguneo a la educación en Paraguay comienza por la infraestructura física, que adolece de severas deficiencias. A esto se suma la pésima calidad educativa y, lo peor, el desinterés supino de las autoridades por mejorar el estado de cosas.

HORQUETA (Por Freddy Rojas).

La ignorancia de muchos paraguayos es la traba que impide el desarrollo del país debido a que las autoridades nacionales no realizan una educación abarcante y de calidad que permita el progreso que necesitamos.

De la educación depende el desarrollo de una nación y ese avance no se limita a la realización de obras materiales, como la entrega de casas populares, rutas asfaltadas u otras obras físicas, sino a la capacitación del pueblo para que sepa trabajar, debido a que en las instituciones educativas del país no se enseña para laborar.

Los jóvenes que reciben el título de bachiller no han aprendido en las aulas ningún oficio y por tanto no constituyen mano de obra calificada para trabajar, sino que al culminar la secundaria no saben qué hacer y tienen una mentalidad de pobres porque en la educación no se mentaliza la riqueza.

En el programa educativo del Paraguay, el gobierno tampoco incluye la materia de educación cívica y política porque a los dirigentes políticos no les conviene esa enseñanza, porque desean explotar al pueblo a través del fanatismo partidario.

Son autoridades que se aprovechan de la ignorancia de la gente y a través de la corrupción se enriquecen a costa del mismo pueblo sometido a sus intereses.

Los campesinos tampoco reciben una educación elemental que les capacite a ser agricultores profesionales, teniendo en cuenta que el desarrollo agrario es toda una ciencia que requiere conocimientos específicos.

Los campesinos que no recibieron formación productiva en el seno de su propia familia o en algún otro lugar no saben trabajar y abandonan sus tierras (vendiéndolas a brasileños que copan el territorio nacional) y emigran a las ciudades, donde tampoco existen fuentes de trabajo y viven en condiciones miserables.

Ante esta situación, muchos paraguayos viven pendientes de los planes sociales o se rebuscan como pueden en el amplio abanico de informalidades.

Con esta realidad se evidencia la ineptitud de nuestras autoridades, tanto nacionales como departamentales y municipales, que no contribuyen para el desarrollo de país.

Por todo esto, es fundamental que las personas que tienen mentalidad crítica analicen esta realidad, mediten y saquen sus conclusiones para notar que una eficiente educación es fundamental para el desarrollo; de otra manera, el país seguirá siendo el “patito feo” de la región, con todo lo que esto significa para el malestar de los ciudadanos.

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