Shhh, silencio. No hagan mención de mis rapiñas de fondos públicos diría el criticado líder liberal, blindado por la selectiva justicia que nada investiga del mullido prontuario de denuncias que enfrenta este socio de Marito. (Foto: Diario HOY).

En un acto descarado y sin ningún desparpajo, el presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Efraín Alegre, acudió este jueves a sus aliados mediáticos amigos para denunciar que los tres adversarios políticos acusados por Estados Unidos de significativamente corruptos no enfrentan investigación penal en Paraguay, y que las supuestas fechorías fueron descubiertas por el “gran juez del Norte”.

Sin pérdida de tiempo, y seguido de cerca por perifoneros “independientes” que responden al oficialismo abdista y a la oposición efrainista, el líder liberal salió a dar su versión de lo que considera “justicia de extramuros”, aprovechando la ocasión para disparar munición gruesa contra el esquema judicial de nuestro país, el mismo que se niega a  investigarle por múltiples casos de latrocinio de recursos públicos e incluso fondos privados como el de su partido que, según su propio entorno político, han sido tragados por este polémico político que hace proselitismo para presidente de la República.

Efraín se declaró “triste” por la impunidad de los significativamente corruptos, y dijo que la situación revela el nivel de corrupción que impera en el sistema de justicia paraguayo «dominado por la mafia».

Paradójicamente, Efraín pasó de largo el hecho de que esa misma “mafia judicial” hasta ahora no se anima a investigarlo por denuncias de corrupción, entre ellas el robo documentado de bienes y recursos del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) en su época de ministro durante la era Lugo que, según investigadores del diario no oficialista La Nación significaron daños patrimoniales superiores a 37 millones de dólares.

Es creencia generalizada que ministros de la Corte, jueces y fiscales colocados por Efraín en sus zoquetes, padecen de falta de memoria puntual cada vez que un correligionario es acusado de saqueador serial, como es el caso de Efraín según la prensa no abdista.

De esta manera, el político azul que funge de comandante en jefe de las fuerzas anticartistas aliadas al gobierno y de rabiosos promotores del apetecible continuismo se presenta en sociedad como manso cordero sostenido por la mano mediática amiga, tratando de pasar por alto pruebas documentales que le hubieran colocado a estas alturas en sillón de acusado, pero ello no ocurre por la acción ominosa de la asociación política-mediática creada específicamente para la impunidad a través del continuismo.

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