«Después de 90 días de sequía asistencial en plena pandemia llegaron migajas de la SEN, mientras Pytyvó y Ñangareko, en un asentamiento de 200 familias, llega a 70, y el resto se queda con la boca abierta y el estómago vacío», denunció la Coordinadora.

El presidente de la Coordinadora por la Vivienda Digna, Guido Cabral, afirmó a La Mira que el escenario en los barrios informales del Departamento Central se ha oscurecido con el desembarco del covid, y la situación actual empeora con la ausencia del Estado, ante la multiplicación de necesidades, que afectan especialmente a las personas vulnerables.

Limitado por la Ley de Emergencia Sanitaria que prohíbe las aglomeraciones, un grupo de integrantes de la Coordinadora se ha instalado hace días en la vereda del Ministerio de Hacienda en el microcentro de Asunción, en señal de protesta por la mala gestión del gobierno en el manejo de los recursos públicos, específicamente los robos de fondos del covid.

¿Qué les motivó a instalarse? Según Cabral, una de las razones es el fondo covid que no llega a los asentamientos urbanos de Central.

“Esta Coordinadora nuclea a 40 asentamientos con más de 12.000 personas, donde no llega ningún tipo de ayuda ni subsidio. Después de 90 días de sequía asistencial llegaron migajas de la SEN, mientras Pytyvó y Ñangareko, en un asentamiento de 200 familias llega a 70, y el resto se queda con la boca abierta y el estómago vacío, como prueba fehaciente del fracaso de este gobierno”, disparó el dirigente social y político.

“La gente no entiende cómo es que existen 2.400 millones de dólares para la ciudadanía, pero a la hora de la verdad no se ve esa plata para cubrir las necesidades. Se prueba también, de esa forma, que los préstamos se han hecho para robar, por lo cual pedimos la destitución del ministro Benigno López, a quien consideramos el principal culpable de este estado de cosas, y patrón del mal en el Paraguay”, apuntó Cabral.

Luego de llamar la atención sobre la inacción del Ministerio Público contra los sospechosos de negociados y estafas, dijo que “los pobres debemos estar cada día más unidos si queremos seguir llevando el pan a nuestros hogares, porque de otra manera parte de los más de 1.000 asentamientos del entorno de Asunción vamos a morirnos de hambre”.

“Venimos de pasar tres meses de precariedades, en los peores momentos que no podíamos salir, haciendo ollas populares para nuestros niños y mujeres, y la gente ponía hasta su última moneda, pero ahora los recursos se han agotado y necesitamos la mano del Estado, que no vemos por ningún lado, pero sí vemos a nuestras autoridades con las manos llenas, para vergüenza de esta gente miserable del poder”, recalcó Guido Cabral.

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