Mientras las elecciones se convierten en un negocio de compra venta de conciencias, las autoridades municipales electas desatienden sus obligaciones para priorizar intereses personales, familiares o sectarios, en una cruzada que se repite con cada sufragio y posterga indefinidamente los reclamos de desarrollo comunal.

HORQUETA (Por Freddy Rojas).

Un dirigente horqueteño del Partido Liberal Radical Auténtico que prefirió no identificarse dijo este jueves a través de radio Guyracampana de esta ciudad que muchos de sus correligionarios no son leales a su propio partido y se “venden” fácilmente a los colorados durante las elecciones por una ínfima suma de dinero a cambio de votos.

Ante una audiencia atónita, expresó que, sin embargo, es raro ver a colorados “vendiéndose” a liberales en época electoral con el argumento de que ellos votan por el color, sea quien fuere el candidato, y sin tener en cuenta “detalles” como capacidad, honestidad, antecedentes y entorno.

En este sentido, recordó que los liberales fueron por muchos años mayoría en el norte del país, hasta inicios del siglo XXI, “cuando aún no se compraban los votos”, pero que luego aparecieron los compra votos y contaminaron la conciencia y la dignidad de quienes, tentados por el dinero fácil, convirtieron las elecciones en negocio de un día.

El entrevistado manifestó que, forzados por esta situación, candidatos a concejales liberales deben “comprar” también los votos de sus correligionarios a través de recursos obtenidos de préstamos, con la esperanza de que, una vez en el poder, puedan honrar sus cuentas con los recursos públicos, en este caso fondos municipales destinados a obras.

En un disparo verbal pocas veces asumido a viva voz, el dirigente chovy apuntó que la compra de votos o el secuestro consentido de cédulas de identidad mueve en la sombra sumas multimillonarias que, direccionadas en favor de los contribuyentes, podrían haber significado mejoras sustanciales en infraestructura y servicios.

Puso como ejemplo del uso ilegal, abusivo y discrecional del dinero público los fondos de Royalties o Fonacide, y la gran cantidad de denuncias mediáticas acerca de jefes comunales metidos en grandes escándalos por la falta de declaración documentada del destino de esos millones que, de igual forma, pasan a engrosar en muchos casos las cuentas corrientes de las autoridades y su exclusivo entorno de amigotes.

El coordinador del departamento de Concepción por el partido Tekojoja, Del Rosario Denis, acusó recibo de las expresiones del dirigente del PLRA y dijo que se trata de una cruel realidad que es producto del desvío moral y cultural de mucha gente, que por 200.000 guaraníes creen que solucionarán sus problemas, cuando lo que hacen es hipotecar su futuro y el de sus familias por 5 años, lapso que dura cada período de gestión municipal.

Denis recordó que la venta o compra de votos es delito electoral y muy difícil de controlar debido a que se realiza entre cuatro paredes, lejos de la supervisión o control de las autoridades correspondientes.

Los afiliados a los diferentes partidos, antes que pedir dinero para votar deben solicitar o presentar propuestas a los candidatos sobre proyectos de desarrollo, tanto para el área urbana como rural, para lograr el progreso de la zona, recomendó.   

Por su parte,el líder campesino de la colonia Nueva Esperanza, Ever Bogarín, sostuvo que el negocio de compra-venta de conciencias es un retroceso enorme para la democracia y el anhelo de la gente de convivir en un ambiente saludable.

Sostuvo que muchos electores pecan de ignorancia y corrupción cívica con su mentalidad y actitud de alquilarse a falsos políticos que, seguramente, al asumir el poder ningunearán a la misma gente que les votó y estos, a cambio de los 200.000 guaraníes, no tendrán moral para reclamarles a sus autoridades, en un juego perverso de “democracia” donde todos pierden, menos las autoridades que dicen representarnos.

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