La cantidad de espineles y otros artículos de pesca destructiva masiva incautados por el Mades estaban listos para generar una depredación de peces, afirmaron los técnicos, tras lamentar la irresponsabilidad criminal de los pescadores.

En el marco de control sobre veda pesquera 2020-2021, fiscalizadores del Ministerio del Ambiente, conjuntamente con la Prefectura General Naval – Destacamento de Piquete Cué, procedieron a limpiar el río Paraguay de espineles y otros artefactos de pesca, en la mencionada zona de la ciudad de Limpio.

De acuerdo a datos facilitados por el Mades, en dicho procedimiento retiraron del lecho hídrico unos 3.500 metros de espineles con anzuelos y carnadas nuevas, algunos de ellos cargados con ejemplares capturados, y 90 metros de redes de monofilamentos.

Técnicos del Mades informaron que los peces atrapados fueron devueltos al agua, lo cual no pudo ser corroborado por terceros.

En un monitoreo por la zona de Tres Bocas fueron extraídos alrededor de 1.200 metros de espineles con peces de la especie de patí, boguita y palometa, entre otros, expresa el Mades.

En otro recorrido por zona de Arecutacuá, jurisdicción de Emboscada, fueron retirados del agua aproximadamente 2.300 metros de espineles con peces enganchados de las especies armado, patí, pirayaguá, entre otras.

Vecinos de la zona, ajenos a la actividad pesquera como medio de vida, coincidieron en señalar al diario La Mira que este tipo de depredación ictícola es cosa corriente en la zona y, a lo largo de los ríos del Paraguay, donde los pescadores que ofician de delincuentes actúan a las espaldas de los efectivos de la Marina, aprovechando la falta de control para introducir todo tipo de elementos de pesca en el río, incluso las conocidas “bombas” artesanales, que matan a los peces por olas expansivas y generan grandes perjuicios a toda la fauna ictícola.

“Esto no tiene solución, tarde o temprano vamos a quedar todos sin peces”, dijo apenado un vecino de Piquete cue, tras señalar que las ocasionales, casi milagrosas, intervenciones del Mades, antes que atemorizar, estimulan a pescadores furtivos a atentar contra la riqueza del río extrayendo todo el pescado que pueden sin ningún pudor, cuidado ni sensibilidad social.

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