Considerada «dueña» del IPS, Lilian Samaniego estaría detrás de los nombramientos de autoridades y de viabilizar los negociados y transas multimillonarios en la institución, que se desliza al desfondeo en medio del silencio sepulcral de abdistas y opositores.

El Instituto de Previsión Social (IPS) se encuentra en un estado calamitoso de postración asistencial que conspira directamente contra los intereses de los asegurados, jubilados y pensionados, quienes se encuentran de manos atadas ante el poder de la mafia enraizada dentro de la institución donde los Samaniego (Lilian y su hermano Arnaldo) fungen de dueños y lideran la saga histórica de saqueos, negociados, transas, desabastecimientos programados y carencias multiplicadas, afirmaron este martes manifestantes frente al edificio administrativo de la calle Constitución.

Disparando consignas sobre las principales autoridades del ente, especialmente contra el presidente del IPS, Vicente Battaglia, y todos los consejeros, asegurados previsionales con el apoyo de la Corriente Sindical Clasista (CSC) liderada por Eduardo Ojeda denunciaron la política entreguista, de corrupción y abandono del ente ante el silencio cómplice de las instancias de control e investigación, “que actúan como si todo marchara sobre ruedas en ese antro de generación de nuevos ricos a costa del aporte de los trabajadores”, según afirmó.

“Repudiamos el proyecto de ley que los Samaniego están impulsando a tambor batiente con el apoyo de autoridades cómplices y politiqueros de la Cámara de Diputados que buscan sacar ventaja de este desastre y que ahora, con la media sanción al ‘proyecto de desfonde’ buscan cubrir supuestamente deudas corruptas por montos multimillonarios comprometidas por sucesivas administraciones previsionales, entre ellas la actual, presidida por Battaglia”, disparó Ojeda.

Abordado por La Mira, disparó también munición gruesa contra el gobierno de Marito, al que acusa de ser el principal causante de los males del IPS al mantener en sus puestos a las autoridades previsionales, en especial a Battaglia, hijo mimado de Lilian Samaniego, acusada a su vez de pervertir el orden constituido para satisfacer su voracidad económica y la de sus inmediatos leales.

“Debemos reaccionar antes de que el IPS sea solo un recuerdo, porque así como está manejándose se dirige directo a la quiebra”, vociferó el líder sindical, tras pedir a los asegurados en general despertar de su letargo y salir a las calles a reclamar sus derechos negados por la rosca de amigos que maneja a gusto y paladar el dinero de los trabajadores.

De acuerdo a los datos, el IPS registra ingresos superiores a los G. 419.000 millones mensuales, pero a pesar de este multimillonario ingreso la administración no es capaz de proveer medicamentos necesarios para satisfacer la demanda de los asegurados, quienes deben pasar tribulaciones a la hora de conseguir un turno en consultorio y en la compra de remedios e insumos de farmacias privadas.

En medio del caos institucionalizado, los indignados se preguntan cómo es posible que los Samaniego, especialmente Lilian, aún no están presos por los delitos cometidos con la plata del seguro social obligatorio, seguidos de expresidentes y consejeros del ente, todos ellos acusados de manejar el IPS como un boliche privado.

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