Los invasores de tierras recibieron un fuerte golpe en su intento por subvertir las leyes de la República con la ayuda de políticos de izquierda, quienes permanecen impunes a pesar de su abierta consigna a favor de la apología a la violencia.

Con razonamientos elementales basados en Constitución Nacional del Paraguay que garantiza el Estado de Derecho y la propiedad privada, y de que nadie puede apropiarse bajo ningún argumento de la tierra ajena, la Cámara de Senadores sancionó este jueves el proyecto de ley que castiga con penas de hasta 10 años de cárcel a los invasores.

De esta manera, los violentos reciben un duro golpe en su intento por subvertir el orden jurídico constitucional que desde hace décadas es propiciado por políticos de izquierda y oportunistas “democráticos” que buscan prosélitos en base a proyectos populistas abiertamente violatorios de las leyes del país.

La media sanción de Senadores pasa ahora a consideración de Diputados donde, según informes, se cuenta con mayoría absoluta para la aprobación, tras lo cual deberá pasar a manos del presidente Mario Abdo Benítez para ser refrendado.

Marito dio a entender en su momento que está a favor del respeto a la Constitución Nacional y las leyes de la República, por lo que se da como seguro que estampará su firma de aprobación al proyecto de ley que eleva las penas para los invasores de tierras y personas que, de alguna manera o con cualquier fin o argumento, violaran la propiedad privada.

El bloque de la izquierda en el Senado votó en su totalidad en contra del proyecto de ley señalando que se quiere criminalizar la lucha social, pasando por alto leyes y artículos sancionados por ese mismo poder del Estado que establecen normas y procedimientos explícitos para la tenencia de la tierra, e incluso ordena regalar tierras a través del INDI a personas sujetas a la reforma agraria.

Las discusiones estuvieron a la orden del día, en medio de tiroteos verbales donde el INDI se mantuvo durante un tiempo entre fuego cruzado y recibió munición gruesa sobre la corrupción imperante y su miopía a la hora de establecer prioridades.

Otro tema de fondo abordado con fuego fueron las llamadas tierras malhabidas, adjudicadas en tiempos de la dictadura especialmente a capitostes militares y genuflexos al stronismo, la mayoría de ellas adjudicadas a invasores, y otro tanto en poder de descendientes de prebendarios.

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