Galli anuncia que ya no será candidato al Senado sino se quedará en su puesto de titular rural, poniendo fin aparente a un escandalete de proporciones que levantó polvareda y colocó a la institución en el ojo de la crítica.

Embretado por voces de discordia de los productores pecuarios y la posibilidad latente de romper 140 años de tradición democrática entre otras secuelas, el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli Romañach, anunció este lunes sin mucho preámbulo su descabalgadura de la carrera a la Senaduría de la Nación y su decisión de continuar como titular del gremio ganadero, donde ha desencadenado una chispa de crispación generalizada como nunca antes, y que seguramente tendrá algún tipo de consecuencia, según los asociados.

“Cuando tomé la decisión personal de jugarme a la Senaduría, lo hice entendiendo que no era yo, sino el gremio, el que debía dar el gran paso. Por eso también en mi esquema estaba un calendario en el que tenía previsto pedir permiso un poco antes de las internas, para dedicarme a lo que serían las elecciones generales”, afirmó Galli este lunes en un video viralizado en las redes sociales.

“Hoy creo que no es suficiente un pedido de permiso, pero en estas condiciones renunciar a la Rural sería poner en riesgo la institucionalidad del gremio y todo lo que venimos construyendo”, añadió, tras señalar la necesidad de “fortalecer el camino que venimos construyendo para que el productor logre mejores precios, una apertura de mercados y una seguridad en beneficio de todos los paraguayos”.

“Priorizo la Rural, y elijo seguir trabajando por los productores desde este lugar, por eso he tomado la decisión de declinar mi candidatura al Senado, por el bien de la institución más antigua del país”, concluyó Galli, poniendo paños tibios a la situación de alerta declarada tras su decisión de aliarse al Partido de la A en busca de un escaño en el Senado de la Nación para las próximas elecciones generales del 2023.

El Partido de la A, seleccionado por Galli como trampolín para llegar al Senado, está identificado con la ideología de izquierda, reivindica las invasiones para la tenencia de la tierra, dispara munición gruesa contra los “ricos” en una clásica retórica extremista del “progresismo” y declama la lucha social como argumento para la violación del Estado de Derecho, entre otros pretextos para justificar la lucha de clases y el odio entre los que piensan o actúan distinto.

Galli mantuvo en silencio su candidatura, hasta que sus propios colegas productores levantaron la alerta en medio de reacciones de repudio que retumbaron en el predio de la ARP, el mismo lugar donde en julio pasado se erigieron banderas del orgullo gay en el lugar más visible de la Expo, y la artista argentina Tini lanzó por el suelo la enseña tricolor del Paraguay para enarbolar el arcoíris de la perversa ideología de género.

Todo ello ocurrió en medio del silencio de las autoridades rurales, que no atinaron a dar explicaciones y dieron pie a pensar que los distintivos de degeneración desplegados a cielo abierto contaban con el visto bueno de los directivos de la ARP y de la UIP, organizadoras de la muestra ferial.

“Todo esto no debe quedar así, no va a quedar así”, disparó este lunes un ex alto directivo gremial tras poner en tela de juicio las desprolijidades institucionales recurrentes durante la presente gestión presidencial de Pedro Galli Romañach, en medio de voces que reclaman la necesidad apremiante de reencauzar el orden violentado.

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