Con la bendición de Frente Guasu, camaradas de la izquierda y ONG’s habidas y por haber, la depredación salvaje en Pindó continúa campante, mientras la fuerza pública mira para otro lado con el liderazgo de Giuzzio, que ya ha tirado a la basura nada menos que 5 órdenes de desalojo.

Con más poder que nunca luego del voto de confianza recibida en Diputados en el fallido intento de juicio político por el caos de seguridad que soporta la República, el ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, demora extendidamente el cumplimiento de 5 órdenes judiciales de desalojo de invasores de la estancia Pindó, en la jurisdicción de Yvyrarovaná, distrito de Canindeyú.

“Jamás se ha dignado siquiera en analizar la posibilidad de proveer la necesaria logística para el cumplimiento del desalojo, dejando transcurrir el tiempo de forma indefinida y facilitar de esta manera que sus camaradas de la izquierda disfrazados de campesinos sin tierra procedan a depredar a mansalva los preciados bosques nativos y generar millones de ganancias espurias con otras actividades ilícitas como el abigeato y la producción de marihuana”, afirmó la abogada Margarita Colmán, representante legal del establecimiento invadido.

De acuerdo a los datos, para el desalojo de Pindó se necesitan al menos 200 efectivos armados, pero la Policía Nacional repite sin cesar que la institución no dispone de tal cantidad de agentes destinados al operativo, lo cual falta a la verdad, añade Colmán.

Precisa que la realidad de la situación es que la clase política de la izquierda, afín a la generación de anarquía social como parte de la agenda bolivariana regional, se erige como baluarte de defensa de los intereses de los falsos sintierras, que constituyen soporte de gran valor en épocas electorales.

Senadores de la nación como Hugo Richer, Pedro Santacruz y Sixto Pereira fueron vistos y filmados en Pindó haciendo arengas revolucionarias a los delincuentes invasores, diciéndoles que no se preocupen por esa “tierra malhabida” porque tarde o temprano será de ellos, e incluso que continúen ocupando otros predios en la seguridad de que nadie les va a desalojar.

Estos senadores que han hecho apología de la violencia, castigada por la propia Constitución Nacional que ellos juraron obedecer al momento de asumir sus curules, continúan tan campantes en sus cargos, haciendo vito de la ley de defensa de la propiedad privada y la garantía de seguridad.

Informes del Infona señalan que de las 4.160 hectáreas de bosque virgen de valor incalculable que había en Pindó al momento de la invasión, apenas quedan menos de 2.000 hectáreas, como secuela de la depredación irracional de los “sintierra” y la complicidad de organismos estatales como la misma fiscalía del medio ambiente, policía y, ni qué decir, organizaciones no gubernamentales (ONG), que aprovechan la situación para sacar su propia tajada.

“En Pindó todos ganan, menos los legítimos propietarios, humillados a tener que pedir favores para recuperar su dominio usurpado, en una muestra del caos de inseguridad jurídica y física que golpea al Paraguay, sin que nadie acuse recibo de la situación y, en contrapartida, tratando de sacar réditos electorales en este año político donde cada quien busca llevar agua a su molino”, disparó la abogada Colmán.

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