Los restos del criminal epepista llegan al Buen Pastor para ser despedidos por Carmen Villalba, quien con la complicidad del oficialismo y aliados opositores logró un trato privilegiado negado a familiares de las verdaderas víctimas del grupo terrorista. (Foto: Nación Media).

En una muestra de quién manda en Paraguay y pasa olímpicamente por encima de las instituciones y los procedimientos, el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), a través de voceros y referentes instalados en todos los ámbitos de Estado y de gobierno, logró que el féretro que contenía los restos del terrorista Osvaldo Villalba fuera introducido ante la sorpresa mayúscula del país en el propio penal de mujeres de Asunción para que sea despedido por la también terrorista Carmen Villalba, hermana del fallecido, quien purga condena de 18 años en el lugar por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, y otros 17 años por intento de homicidio contra agentes policiales durante un fallido intento de escape.

El caso, que mereció el repudio generalizado de la población, con excepción de aliados oficialistas y opositores, ganó estado público y derivó en la destitución del por entonces flamante ministro de Justicia, Edgar Taboada, quien batió récord nacional con menos de un día de permanencia en el cargo, en lo que es considerado la crónica de un suceso anunciado debido al malestar de la población con el trato privilegiado a los epepistas y amigos en un momento electoral quemante para el oficialismo y cómplices incondicionales que buscan desesperadamente el continuismo en el poder.

“Una de cal y otra de arena”, opinó en las redes sociales Victoriano Meza, tras aludir al ajusticiamiento del líder del EPP en los montes del Amambay y, en contrapartida, el privilegio que le brindaron a Carmen Villalba para que pueda despedir los restos de su hermano abatido.

“Se trata de una enorme bofetada a los familiares de Edelio Morínigo, Félix Urbieta y Oscar Denis, quienes ni siquiera tienen noticias de los secuestrados y les cierran las puertas a la hora de reclamar derechos que sí les son concedidos graciosamente no solo a familiares de los terroristas sino a los propios integrantes del EPP presos en Asunción”, comentó Ariel Ozuna, otro de los centenares de posteadores que volcaron su indignación por las redes sociales.

“Pasaron por sobre el luto de muchas familias paraguayas. La Carmen Villalba domina el Buen Pastor y les tiene bajo sus pies a las autoridades nacionales. Inconcebible”, dispara este martes otro indignado social.

En medio del culebrón desatado por el inédito escándalo en el Buen Pastor, el presidente de la República se vio en la necesidad de despedir sin muchas vueltas al ministro de Justicia, quien esta misma mañana asumió el cargo, lo cual fue interpretado por el colectivo ciudadano como una salida rápida para no herir emocionalmente a los amigos de la oposición, entre ellos los partidarios del Frente Guasu, camaradas del EPP, que como se sabe tienen fuerte influencia en el gobierno, tal vez como nunca antes en cualquier gobierno colorado, salvo el del también impresentable Nicanor Duarte Frutos, quien comulgaba abiertamente con la causa de los terroristas y fue premiado por Marito con un altísimo cargo y salariazos de otro mundo en Yacyretá, donde oficia de director paraguayo sin que se le conozcan méritos técnicos más que el de chupamedias y genuflexo consuetudinario a los intereses del poder.

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