El CODI ha sido reforzado con soldados armados hasta los dientes y un formidable equipo de apoyo terrestre y aéreo que tendrá la difícil misión de rescatar con vida al secuestrado Denis, y restablecer la perdida seguridad en el norte del país, en medio de dudas y preguntas sin respuestas.

Temprano este martes, el cuartel del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI) ubicado en la zona de Arroyito, departamento de Concepción, se vio matizado por la masiva llegada de contingentes militares y policiales fuertemente armados, a más de armamentos de guerra como tanquetas y helicópteros artillados, como parte del operativo desencadenado por el gobierno por el secuestro del ex vicepresidente de la República, Oscar Denis, quien cayó en manos del EPP tras ser sorprendido junto con su empleado Adelio Mendoza (liberado este lunes) mientras acudía a un pedido de auxilio, que resultó ser falso, proveniente de su establecimiento ganadero en el entorno de Yby Yaú.

El intenso movimiento de soldados y equipos llamó la atención de la población norteña, quien enfrenta estos días golpes emocionales en cadena que comenzaron el pasado 2 de setiembre con el sorpresivo ataque de la FTC a un campamento terrorista donde murieron baleadas dos niñas argentinas, y los miembros de la banda criminal lograron escapar de forma increíble, generando sospechas mayúsculas en la población.

“Por un lado, está bien lo que hace el gobierno, pero se tiene que analizar lo que pretende con este movimiento de soldados y armas tácticas en un momento extremadamente sensible para la seguridad del secuestrado, que corre el peligro de experimentar la peor suerte en caso de que los efectivos estén a tiro de rescate”, opinó este martes un experto militar abordado por La Mira.

Añadió que el refuerzo de militares y policías en la zona roja del caótico norte es positivo desde cierto punto de vista, pero al mismo tiempo especialmente peligroso para la vida del cautivo, a sabiendas de que los terroristas están suficientemente alertados e informados en detalles acerca de la dinámica del “enemigo”, que hasta el momento ha venido realizando tiros al aire sin poder atrapar al grueso de la tropa criminal escondida en el monte, que de esta manera tiene manos libres para seguir sembrando el terror de forma sistemática y selectiva.

La llegada de los refuerzos al CODI se produjo en medio de fuertes medidas de seguridad, y llamó la atención el traslado de los jefes, que se produjo a bordo de lujosas camionetas de más de 100.000 dólares cada una, en una región donde el costo de vida de la gente apenas le alcanza para sobrevivir.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *