La capacidad de respuesta del gobierno a los enfermos es patética, en medio del caos en los hospitales por la falta de camas, medicamentos y doctores. Otro mal endémico relativizado por los medios en vísperas de cruciales elecciones. (Foto: AM990, Formosa).

Cuando se creía que los 20.000 compatriotas muertos por covid serían una dura lección para el servicio sanitario público que demostró una inoperancia criminal en el manejo de la pandemia, otro mosquito maligno reaparece en sociedad con su dosis de perjuicio y muerte en todos los estratos sociales.

Fuentes médicas consultadas por La Mira coinciden en afirmar que la chikunguña no solo está causando estragos en la población sino que el gobierno nacional, lejos de asumir la crisis declarada y poner en práctica sistemas oportunos y eficientes de lucha, se ha quedado en el molde como si se tratara de un mal menor.

Desde que la enfermedad se ha instalado con fuerza en la población, el presidente Marito nada ha hecho en beneficio de los afectados, entre ellos embarazadas, niños de corta edad y ancianos que, de esta manera, sufren las consecuencias del ninguneo a sus reclamos de atención digna y oportuna.

Los mismos sinsabores lamentablemente experimentados durante la pandemia de covid se vienen repitiendo extendidamente en todo el territorio nacional, en medio de la ausencia del gobierno para ofrecer respuestas adecuadas, como sería la provisión de mayor cantidad y calidad de camas, más profesionales destinados específicamente a los pacientes con chikunguña, medicamentos suficientes a disposición de los afectados y medidas paliativas de aplicación inmediata para tratar de limitar el azote, especialmente en zonas consideradas de alto riesgo.

La cifra de fallecidos y enfermos es muy superior a los números oficiales, se escuchó decir este jueves a un profesional de blanco del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) tras informar a una multitud de interesados en recibir atención especializada en ese lugar que la estructura disponible está rebasada y les pidió paciencia para pescar por un turno.

En muchos lugares de la capital y el interior la situación es preocupante por la prevalencia de la enfermedad y, al mismo tiempo, la falta de respuesta adecuada y oportuna de las instituciones sanitarias.

“Ya no hay plata dulce para repartirse, entonces no hay voluntad para trabajar, así como ocurrió durante la pandemia”, soltó irritado un paciente potencial que acudió a pedir atención médica y esperaba impaciente el bendito turno.

Hacía alusión a los 2.400 millones de dólares, entre préstamos y donaciones, que el gobierno de Marito tenía dispuesto para destinarlo a la lucha contra la pandemia, pero gran parte de esa fortuna no cuenta con documentación de gasto y es imputada como rapiña.

En medio de este caos sanitario, la estructura mediática amiga permanece callada, más aún en un momento electoral crítico de cara a las próximas candentes elecciones generales de abril, donde los aliados han tomado postura de proselitismo abierto en favor del efrainismo, sin lesionar de ninguna manera los intereses del aliado Marito y su entorno de obsecuentes comprometidos en enormes tragadas y negociados con el dinero público.

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