La foto del diario La Nación expone con crudeza el ataque de terror contra el Congreso en la noche del 31M donde Stiben Patrón, lacayo de Efraín y estrella de los medios, fue filmado como protagonista de los hechos pero fue premiado con una sentencia insignificante y ridícula.

Acogotada, y con serios problemas de respiración democrática, la Corte Suprema de Justicia cedió a la presión mediática y dictó una sentencia política para favorecer al incendiario liberal Stiben Patrón, acusado de quemar el Congreso Nacional en la revuelta del 31M acompañado de jóvenes que en mayoría fueron absueltos o recibieron igualmente trato preferencial de la criticada justicia paraguaya, la misma que mantiene impunes a una cohorte de corruptos de alta gama que hacen bailar a la diosa Astrea al ritmo frenético de las chicanas mutuamente consentidas.

Patrón es un personaje afín al PLRA que responde a las directivas del repudiado líder azul Efraín Alegre, “niño mimado” de los medios de comunicación a pesar de cargar sobre sus hombros graves denuncias de corrupción arteramente y artísticamente esquivadas a la misma justicia que favoreció a Patrón.

El golpe propiciatorio de Alegre consiste en consagrar como enemigo común al ex presidente Horacio Cartes, en una movida que le ha deparado en todo este tiempo una infinidad de impunidades y, al mismo tiempo, el estrellato en la prensa amiga devenida en oficialista.

Apenas tres años de prisión fue el castigo que recibió Patrón de parte del tribunal paraguayo que, de esta manera, deja instalado un precedente nefasto con respecto a la sanción que le espera a cualquier ciudadano acusado de cremar una institución democrática.

De nada sirvió a los “investigadores” judiciales el cúmulo de pruebas y evidencias adjuntadas en la carpeta fiscal, bombardeada desde el inicio por pillos abogados al servicio de Efraín y suficientemente etiquetada en las primeras planas de los informativos de prensa.

“Al final, los actos de terrorismo abierto que vimos en las filmaciones cuando incendiaban sin asco los recintos del Congreso resultaron ser una saga de ciencia-ficción”, comentó un indignado a través de las redes sociales, luego de enterarse del frío castigo recibido por el servidor de Efraín como culpable de un delito menor.

“Con este precedente, cualquiera se animaría el día de mañana a arremeter contra cualquier otra institución pública, a sabiendas de que la justicia paraguaya está rendida a los pies de los políticos, llenando de estigma el recinto tribunalicio y colocando una venda negra sobre los ojos escandalizados de la diosa Astrea”, remarcó, en consonancia con la opinión de centenares de indignados que dejaron escuchar su lamento por esta nueva exhibición de desvergüenza del Poder Judicial.

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