El intendente Rodríguez exhibe orgulloso una preciosa fruta de calabaza producida por los feriantes, como resultado de un ingenioso trabajo en equipo que lograr sacar frutos de la tierra con el esfuerzo compartido. En vez de hacer política, otros intendentes deberían imitar este tipo de logro.

De un tiempo a esta parte, una ciudad ubicada apenas a 40 kilómetros de Asunción salió de su histórico letargo para convertirse en ejemplo de autoestima y dedicación en la lucha por el pan diario, al punto que las personas que integran las decenas de comités de trabajo se han convertido a esta altura en pequeños empresarios que le han dicho adiós a la pobreza y al hambre, y en la medida de su perseverancia generan recursos suficientes para una vida digna.

Se trata de la ciudad de Yaguarón, reconocida tradicionalmente por su antigua iglesia, que hoy día emerge como ejemplo de autogestión productiva en la lucha contra el hambre y la falta de circulante, motivados por el desempleo y los apuros económicos generados especialmente por la pandemia.

El logro, consentido por los propios beneficiados, se debe al impulso creativo del intendente municipal, Dr. Luis Gilberto Rodríguez, quien encabeza de forma personal los proyectos y pone énfasis en el debido seguimiento y acompañamiento a los productores para la culminación exitosa de las iniciativas, entre ellas el funcionamiento de la Asociación de Feriantes de Yaguarón (Afery), que este martes 14 de julio realizó una nueva exposición y venta de productos frescos, saludables y económicos procedentes de las fincas de los asociados, que muestran una motivación estimulante a la hora de recoger el fruto de su esfuerzo y disponerlo para la venta en la explanada posterior a la iglesia de la ciudad.

“Nuestro mayor deseo es que nuestra ciudad se autoabastezca con productos del distrito de Yaguarón. Para ello, empezamos con un grupo de comités que se convirtió en la Asociación de Feriantes de Yaguarón. Son personas que volvieron a aprender las técnicas del cultivo, el autoconsumo, los cuidados culturales, que se estaban perdiendo lastimosamente. Trabajamos con ellos y en dos años han logrado mejoras sorprendentes en su producción, al punto que se han convertido y profesionales y mini empresarios”, afirmó orgulloso el intendente.

Destacó el gran trabajo que realizan los técnicos de la Municipalidad y del MAG para transmitir conocimientos de valor a los integrantes de los comités de productores, quienes asimilan las enseñanzas y los ponen en práctica en sus respectivas fincas.

“Como intendente, todo esto es para mi una gran satisfacción, y creo que debería ser la motivación de toda la ciudad, e incluso de otros puntos del país, que quieren vencer a la pobreza sacando provecho de la tierra con esfuerzo, disciplina productiva y mucha perseverancia”, expresó el titular municipal al diario La Mira.

En la feria del pasado martes, los productores lograron ventas por G. 6.700.000, a pesar de las limitaciones por la pandemia, y mostraron una vez más a propios y extraños el valor del trabajo compartido, más aún con la Municipalidad, en un país donde muchos proyectos fracasan por motivos político-partidarios, que no es el caso de Yaguarón, donde el intendente se viste de paraguayo a la hora de comunicarse e interaccionar con la gente.

“Realmente, se trata de un intendente fuera de serie, raro en nuestro país, donde la gran mayoría de los titulares municipales tienen cuentas pendientes con la justicia, son acusados de robar, de servirse de los bienes y recursos públicos, de no trabajar y de mantenerse en sus cargos mediante padrinos”, opinó María Magdalena Recalde, vecina del lugar que acudió a la feria a adquirir hortalizas frescas.

Los feriantes reconocen también la labor desempeñada por el Ing. Agr. Sergio Gómez, técnico de la Municipalidad, quien por su parte extendió sus agradecimientos para el lucimiento de las ferias a la Dirección de Comercialización del MAG, Centro de Salud de Yaguarón (para la provisión de insumos sanitarios en el marco de la Ley Sanitaria), la fiscalía y la Policía zonal, la Codeni de Yaguarón y la empresa Agroveterinaria San Buenaventura.

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