Imagen extraída del catálogo de violencia generada por los invasores de Pindó, quienes se mantienen increíblemente impunes prendidos del saco de políticos que, a su vez, logran mantener a raya cualquier intento de desalojo y detención, manteniéndose intacto el esquema de perversión.

Desde el 2012, una agrupación agavillada de violentos que se hace llamar campesinos sin tierra se mantiene firme e impune en el establecimiento Pindó del distrito de Yvyrarovana, departamento de Canindeyú.

Con la ayuda condicionada a votos establecida por políticos oportunistas, especialmente de la izquierda caviar, en todo este tiempo han logrado mantenerse blindados y a salvo de 5 órdenes de desalojo, entre otras medidas fiscales y judiciales olímpicamente desechadas con la fuerza de amenazas.

Como carta de presentación, los supuestos campesinos (muchos de ellos con propiedades y comercios reconocidos en el mismo vecindario) incendiaron y convirtieron en escombro humeante la entonces bonita estructura física del establecimiento, y posteriormente pasaron a la práctica del ideario de subversión basado en la destrucción del ambiente patentizado en la depredación del valioso bosque natural de más de 4.000 hectáreas.

Los árboles tumbados fueron convertidos en madera preciada ofertada en aserraderos ilegales expandidos como hongos en los alrededores de Pindó, repartiendo beneficios económicos millonarios para los invasores y para los madereros, mientras los propietarios golpeaban sin éxito las puertas de la policía y la justicia que brillan por su ausencia.

Autoridades responsables de tomar intervención en la propiedad privada se mantienen arrodilladas ante el cháque de los políticos con intereses creados, manteniéndose un estatu quo donde los invasores se manejan con total discrecionalidad, sin importar para nada su condición de delincuentes.

“Los políticos cómplices hubieran dado el ejemplo de solidaridad con la necesidad campesina que supuestamente defienden, regalando sus propiedades a esa gente. Esto nunca va a pasar, por lo cual se dedican a ser generosos con la tierra y el esfuerzo de otros, en una típica y criminal práctica de la izquierda dictatorial”, expresó este miércoles un productor en las redes sociales tras conocerse el fallo del Senado a favor del proyecto de elevar las penas a los invasores.

“Ya veo al terrateniente ganadero Fernando Lugo, a las multimillonarias Desirée Masi y Esperanza Martínez, al burgués y solvente Sixto Pereira, y otros referentes de la izquierda paraguaya cediendo sus propiedades en favor de los sintierras”, apostilló otro indignado.

De acuerdo a los datos, los invasores de Pindó han provocado daños superiores a los 10 millones de dólares a la propiedad privada, en una cruzada de perjuicios sin visos de detenerse y que incluso se incrementa con el correr de los días, meses y años.

“Creemos que, si llegamos a recuperar nuestra tierra, solo encontraremos palitos de los árboles depredados, suelo pervertido por la marihuana y una estela de destrucción inimaginable. Por ahora, solo queremos que sean desalojados y que cada uno de los culpables pague por los delitos cometidos”, expresó uno de los propietarios de Pindó.

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