Jorge Querey, referente de peso de Frente Guasu y médico personal de Lugo. «Algo esconde», coinciden en señalar personas interesadas en conocer la suerte del expresidente, tras expresar que «en cualquier momento se sabrá la verdad». (Foto: Diario La Nación).

“Él está muy bien, lúcido, se comunica con señas y no ve la hora de retornar a su querido Paraguay para continuar con su lucha en favor de los más necesitados. Les manda fraternal a todos los compatriotas”.

Expresiones similares son vertidas con frecuencia por los pocos privilegiados que aluden haber viajado a Buenos Aires, Argentina, a visitar al expresidente de la República, Fernando Lugo, quien se encuentra internado desde agosto pasado en una clínica especializada adonde fue derivado tras sufrir un accidente cerebrovascular en Asunción y en un principio se temió por su vida debido a la gravedad de su salud.

A partir de entonces, poco o nada se sabe a ciencia cierta sobre la suerte del polémico exobispo de San Pedro devenido en político, quien es mantenido herméticamente callado y ni siquiera aparece en fotos para tranquilidad de sus seguidores.

“Ni una sola palabra, ni siquiera para sus leales, y tampoco fotografías donde se le vea tal como lo definen los pocos políticos y familiares que fueron supuestamente a visitarlo”, reclamó en las redes sociales una activista zurda luego de enterarse entretelones de la visita realizada por el presidenciable opositor Euclides Acevedo, quien se sumó al líder liberal Efraín Alegre y el referente de Frente Guasu, Jorge Querey, entre las visitas que, coincidentemente, no aparecen en fotos grandilocuentes y coloridas como se estila en este tipo de casos donde todos tratan de sacar tajada electoral de un líder, cualquiera fuere su estado o condición.

“Es tan extraño todo esto, pero en algún momento se sabrá verdad”, sostiene este lunes en su estado virtual el ciudadano Octavio Fuentes, quien se pregunta al mismo tiempo cómo es que ninguna institución, comenzando por la Justicia Electoral, el Congreso de la Nación, la Presidencia de la República o los partidos políticos no se hayan interesado realmente sobre la suerte de Lugo.

«Ni siquiera Marito, que se pasa turisteando con su señora por el mundo, se acercó a interiorizarse sobre su salud», añadió.

De acuerdo a los datos, el acceso a la clínica Fleni de Buenos Aires está totalmente prohibido para “comunes” interesados en visitar al expresidente internado, quien sigue en el misterio de las probabilidades y cada cierto tiempo su figura es utilizada en provecho propio por personas o sectores interesados en obtener tajadas políticas.

Lugo venía arrastrando desde el 2010 secuelas puntuales de un cáncer de linfoma que derivó en su internación en una clínica de primer mundo del Brasil, luego de lo cual sus adherentes informaron que la enfermedad fue superada.

“Alguien está mintiendo en esta saga de informaciones sobre Lugo”, dispara este lunes Mariángela Cardozo Miers, una de los cientos de ciudadanos que se hacen preguntas sin respuestas sobre la actualidad y el destino reales del exobispo convertido en presidente que metió la ideología de izquierda bolivariana en el Paraguay, con toda la secuela política e ideológica que ha acarreado desde entonces a la democracia, el libre mercado, la producción y la propiedad privada, entre tantos otros sectores intoxicados por la izquierda.

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