Para Lugo y sus acólitos bolivarianos en el poder está permitido el uso del poder de fuego para obtener tierra propia. Se trata de una fórmula chavista manejada al dedillo por políticos oportunistas, que aprestan artillería ideológica pesada para las próximas elecciones. (Foto: Diario La Nación).

Haciendo gala de su doctrina de perversión de todo lo que signifique ley u orden público, los partidos y movimientos de izquierda del Paraguay inician su carrera proselitista con miras a las elecciones generales del 2023 con un discurso calcado de la “camaradería regional” propiciada por el bolivarianismo chavista según el cual no existe la propiedad privada sino tierras en poder de burócratas capitalistas que pertenecen al “pueblo”.

De esta manera, la ideología zurda capitaneada por el luguismo ha extendido su “oferta” de “mejor vida” para los paraguayos a costa del esfuerzo y el sacrificio de otros, un “clásico” del bolivarianismo sostenido a tambor batiente por esclavos partidarios.

La especie “made in Paraguay” consiste en obtener tierras “propias” a través de las invasiones, en la seguridad de que las familias que así han apelado a la violencia tendrán el respaldo y garantía de acción del colegiado político afín instalado en los espacios de poder, especialmente en el Congreso Nacional, donde los camaradas se pasean a sus anchas y dan lecciones de “democracia participativa e incluyente”, para desgracia de quienes apuestan por el trabajo y el respeto a la ley como fórmulas de desarrollo personal, familiar y social saludable.

El caso del establecimiento Pindó, en la jurisdicción de Yvyrarovaná (departamento de Canindeyú), es el ejemplo más patético del modelo de violencia impulsado por la izquierda paraguaya para obtener por la fuerza tierra ajena y perpetuarse en ella hasta obtener la ansiada titulación en base a la victimización.

En medio de esta anarquía legal, el Estado da muestra tangible de ausencia, concentrando sus fuerzas en mantener el estatu quo del poder político, con todo lo que ello significa en materia de cargos, zoquetes y negociados.

La propiedad privada en el país está en franco remojo.

Quienes han hecho los deberes para contar con el título de propiedad deben asimilar que “apenas” cuentan con un papel formalizado que, según la zurda, es solo eso: papel.

Por todo ello, la izquierda que gana adeptos en la región con el respaldo del populismo a ultranza emerge como un peligro potencial para el Paraguay, con la ventaja de que tenemos un gobierno dormido, anestesiado por el relajo y declaradamente inútil para administrar conflictos, entre otras perlas.

Por lo demás, argumentar la pobreza y la falta de recursos para apropiarse de la propiedad ajena constituye apenas un eslabón visible de la cadena de “recursos” manejada por falsos sintierras para apoderarse del esfuerzo de otros, con el formidable respaldo de la impunidad y, peor aún, el apoyo maquiavélico de políticos vendepatria.

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