Los indignados califican a Juliette como un ángel del cielo que ha caído en poder de malas personas, y reclaman celeridad del Ministerio Público para encontrarla sin más pérdida de tiempo.

Lejos de quedarse con los brazos cruzados, representantes de organizaciones de defensa de los derechos humanos, de agrupaciones por los derechos del niño y de personas con capacidades diferentes, entre otros, se manifestaron este lunes frente al edificio central de la Fiscalía General del Estado, en reclamo de respuestas sobre el paradero de la niña Juliette, al cumplirse 40 días de su misteriosa desaparición de  la vivienda de campo en la ciudad de Emboscada.

“Estamos tristes, profundamente preocupados y molestos por la lenta gestión de nuestras autoridades; pasan los días y no se observa el interés y la dinámica que deberían tener los investigadores, específicamente los 3 agentes del Ministerio Público que están a cargo del caso”, señaló la dirigente social, Lidia Medina, al hacer alusión a los fiscales María Irene Álvarez, Celso Maldonado y Gedeón Escobar.

Portando un enorme cartel que reivindica el derecho a la vida de la niña Yuyú, la coordinadora nacional de la organización “Ni un niño más” lanzó munición gruesa contra las autoridades encargadas de encontrar a la menor desaparecida.

“Si ellos creen que le van a engañar al pueblo diciendo que están realizando su trabajo con eficiencia están muy equivocados, porque se sabe que en este país tenemos buenos cerebros y tecnología de avanzada, pero hace falta fuerza de voluntad de parte de la justicia e incluso del poder político para llevar todo esto al final que todos anhelamos, encontrar con vida a esa inocente”, apuntó.

Los manifestantes provinieron de varias comunidades del Departamento Central y, como siempre, el grupo de vecinos de Emboscada, que en esta oportunidad viajó hasta Asunción con el acompañamiento de un docente de la institución educativa de Isla Alta, aledaña al lugar de residencia de la madre y el padrastro de la niña de 7 años, diagnosticada con una enfermedad mental congénita que dificulta su motricidad y lenguaje.

La madre biológica, Lilian María Zapata, y el padre político de la menor, Reiner Oberüber, están privados de libertad en el penal de mujeres El Buen Pastor y la cárcel de seguridad de Emboscada, respectivamente, tras ser acusados de los delitos de violación del deber de cuidado y abandono.

Para la mayoría de los manifestantes la película sobre la suerte de la desaparecida es clara, en el sentido de que la madre y el padrastro sí tienen conocimiento suficiente sobre dónde está Juliette, pero se niegan a colaborar por algún oscuro misterio que también deberá desentrañar el Ministerio Público.

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