El ministro encargado de la corrupción en Paraguay se fue a Estados Unidos a hablar sobre la «lucha» encarada en nuestro país contra el flagelo, pasando por alto los graves cargos que enfrenta el propio presidente por el rapiñaje inmisericorde de los recursos públicos.

El gobierno envió de carácter oficial a Estados Unidos al ministro de la Senac (Secretaría Nacional Anticorrupción), Federico Hetter, para una reunión internacional sobre lucha contra la corrupción, en un momento donde salen a flote denuncias que acusan al propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, de estar involucrado en el vaciamiento del Estado a través del rapiñaje de fondos públicos por montos extraordinarios, ante el silencio de la llamada “oposición” y la prensa amiga.

Hetter se fue con recursos públicos para exponer ante democracias extranjeras la supuesta lucha del gobierno nacional contra la corrupción, pero no aludió en ningún momento a los graves cargos que pesan sobre su jefe Marito, con lo cual su presentación carece de valor moral y se limita a un discurso demagógico que busca desviar la atención sobre la figura del presidente de la República para concentrar el enfoque en el enemigo político exponencial del oficialismo, que es el cartismo.

Se descuenta que ninguna sola autoridad que responde al abdismo y, menos aún, a la llamada “oposición” y agentes mediáticos involucrados en enormes fatos licitatorios y otros tipos de negociados con la plata pública, hayan sido citados siquiera por Hetter, quien hizo apariciones acompañado de Richard Nephew, encargado de la lucha anticorrupción a nivel global de los Estados Unidos.

 Nephew es la misma autoridad que etiquetó como “significativamente corrupto” al expresidente de la República Horacio Cartes y, seguidamente, al actual vicepresidente de la República Hugo Velázquez, ambos pertenecientes al Partido Colorado, nucleación política acusada de todos los males del país bajo el increíble impulso del propio presidente de la República afiliado supuestamente a este partido, con el fuerte acompañamiento de opositores y medios de prensa cooptados por el oficialismo.

Ni un solo opositor ha sido siquiera citado por Nephew y el gobierno como “significativamente corrupto”, con lo cual la película queda clara con relación a quién o quiénes son los “enemigos a vencer” para poder reinstalar el continuismo en el poder de la República, que tanto daño, perjuicio, miseria y muertes ha traído, y sigue generando, en los estratos más necesitados de la población paraguaya.

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