La gente del interior tiene pocas opciones de traslado. Los motociclistas -la moto es el medio usado extendidamente- deben hacer malabarismos para comprar la nafta común, cuyo precio intimida. En otro ámbito, Marito le factura millones al Estado.

Mientras la “empresa de oro” Aldia SA eleva exponencialmente sus ganancias, la ciudadanía paraguaya, especialmente los “comunes” que viven en el interior del país, son amedrentados por las estaciones de servicio cada vez que deben recargar sus escuálidos tanques de combustibles debido a los precios exorbitantes de la nafta regular (el de más bajo octanaje que instala peligro en los motores) que están fuera del alcance de los raleados bolsillos.

“Para qué queremos rutas asfaltadas si ni siquiera tenemos para nuestro combustible”, se le escuchó lamentar a un motociclista de General Resquín, departamento de San Pedro, luego de pagar la recarga por dos litros de nafta común a G. 10.000 el litro.

Explicó que para comprar esos 2 litros de nafta popular el mismo tuvo que vender 25 kilos de mandioca o 6,5 litros de leche.

Lo que Marito tiene que hacer es bajar los precios de la nafta, teniendo en cuenta que en el interior la gente se moviliza masivamente en moto, que es el medio de transporte de personas y cargas livianas más extendido debido a los precios prohibitivos de los “chileré”, comentaron los indignados.

Una investigación de periodistas del diario La Nación generó roncha en los lectores luego de que salieran a luz detalles escalofriantes del esquema de perversión montado por el propio presidente de la República para enriquecerse aun más a costa del Estado paraguayo, mientras miles de paraguayos viven en la necesidad o la indigencia, sin ninguna esperanza de cambio en su nivel de vida.

“Marito no pierde el tiempo para ponerse al día (ironizando el nombre de la empresa Aldia de su propiedad) y facturar a costa del Estado, postergando indefinidamente reclamos acuciantes de la gente como la necesidad de generar puestos de trabajo, bajar la inflación, luchar contra la inseguridad, exterminar la corrupción y sincerar los precios de combustibles”, posteó Anabel Ledezma, en consonancia con decenas de indignados que dejan escuchar sus críticas en las redes sociales.

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