En el ojo de la tormenta. La ministra Romero se ganó la repulsa generalizada por defender a dos damas de la alta sociedad supuestamente escrachadas, cuando millares de mujeres «comunes» son víctimas anónimas de abuso y de muerte.

Poco después de ganar estado público el polémico comunicado del Ministerio de la Mujer que defiende supuestos derechos lesionados de dos damas de la alta sociedad durante un escrache contra el asesor presidencial Juan Ernesto Villamayor a quien acusaron de ladrón, familiares de la joven Dahiana Espinoza, desaparecida desde el pasado 18 de setiembre, lanzaron munición gruesa contra esa secretaría de Estado, y en especial contra la ministra Nilda Romero, a quien acusan de discriminativa, aduladora, e inepta para el ejercicio del cargo.

“Jamás aparecieron por acá”, expresó un familiar de Dahiana tras ser abordado por medios de prensa con respecto al comunicado en cuestión, que despertó el repudio ciudadano en momentos donde arrecian los casos de feminicidios y todo tipo de abusos contra la mujer.

“Nos hubiera gustado que nos acompañara no solo con buenos deseos sino con ayuda concreta para tratar de encontrar a Dahiana”, recalcó una vecina de la joven desaparecida en extrañas circunstancias en la jurisdicción de J. Augusto Saldívar, en las afueras de Asunción, donde desempeñaba tareas domésticas para la manutención de su pequeña hija de dos años ante la falta de apoyo de su pareja sentimental, Joel Guzmán, quien aparece como sospechoso de un eventual caso de feminicidio.

La fiscala del caso, Deisy Sánchez, pese a los múltiples procedimientos realizados en toda la zona, no ha logrado mayores avances en la investigación, mientras aumentan las sospechas sobre Guzmán e incluso un carnicero del lugar donde Dahiana prestaba servicios.

El pasado 14 de febrero, el Ministerio de la Mujer emitió un comunicado en el cual repudiaba toda conducta que menoscabe, anule o impida el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, en coincidencia y en respaldo explícito a la dignidad supuestamente denigrada de Lourdes Florentín y Mirarí Parot, quienes integraban el exclusivo entorno del corrupto asesor de la Presidencia de la República Juan Ernesto Villamayor que acudió a un restaurante vip a celebrar el día de los enamorados.

Según el documento, firmado por la ministra Nilda Romero, ambas mujeres “fueron agredidas de una manera desmedida e injusta”, provocando “una afectación profunda a sus familias y a la comunidad”.

Romero fue señalada como fiel representante del poder al servicio de los solventes, postergando indefinidamente las ansias de socorro de millares de víctimas de abusos y desprecio social.

“No le pagamos para gastar nuestro dinero en defensa de lo indefendible”, posteó Agustina Zárate, en referencia a sus pares femeninas que conocen la existencia del Ministerio de la Mujer solo en los papeles y en la prensa.

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