La ciudadanía salió de su encierro y acudió a la calle en defensa de su derecho a una vida digna y el fin de la corrupción, la impunidad y el saqueo de las arcas públicas, entre otras reivindicaciones.

Hartos del esquema de perversión política gubernamental que a diario sorprende con nuevos casos de corrupción y derroche de fondos públicos, entre otros males que castigan al Paraguay, unos 5.000 ciudadanos salieron este lunes a las calles a demostrar la fuerza popular y el espíritu de descontento generalizado que existe con respecto a la marcha del país.

Contingentes y agrupaciones de diversas denominaciones y procedencia, con carteles alusivos, se concentraron en la Costanera de Asunción en modo marcha, permaneciendo en sus vehículos, que según los datos sumaron más de 2.000, a resultas de los 4 kilómetros de extensión en ambas márgenes de la avenida circundante.

Desde horas de la tarde, grupos de policías de tránsito y militares establecieron barreras sobre la avenida Artigas, con el fin de impedir el paso al lugar principal de la marcha, pero los indignados utilizaron calles alternativas para burlar el cerco y llegar hasta el sitio convenido, rebasando los parapetos.

“Tenemos derecho constitucional a manifestarnos libre y espontáneamente, sin transgredir normas de sana convivencia y seguridad, como de hecho lo estamos haciendo, porque de otra manera nos hubiéramos quedado nuevamente en nuestras casas, callados, como quiere el Gobierno, para poder meter sus manos en nuestros bolsillos y cometer todo tipo de abusos de poder, coartando el derecho de la gente a vivir dignamente del fruto de su trabajo y su esfuerzo”, señaló el activista social Juan Sebastián Insfrán.

Llamó la atención la gran diversidad de denominaciones presentes, provenientes en su mayor parte de organizaciones obreras, sindicales, colectivos sociales y organizaciones políticas.

“Estamos de todo un poco, y lo que se puede deducir de esto es que la gente está cansada de tantos abusos del poder, de tantas irregularidades y sometimiento al ciudadano, en medio de una impunidad rampante donde pareciera que en el país no existiera un Poder Judicial o un Ministerio Público o una Policía, aunque sabemos que todos ellos están al servicio de los poderosos y los ladrones, pero más tarde o más temprano conocerán el verdadero poder soberano, que es el pueblo, que somos nosotros”, disparó el dirigente obrero Julio López.

Los indignados sostienen que la nueva Ley de la Función Pública en marcha busca solo mantener e incrementar sustantivamente los privilegios del entorno del poder que acapara los cargos y puestos públicos, relegando indefinidamente el derecho al trabajo de Juan Pueblo.

A más de ello, sostienen que la Reforma del Estado presenta un perfil de “mal parida” por presentar los mismos rostros de corruptos “que históricamente vienen saqueando a la nación, y por tanto no les representan a nadie, más que a ellos mismos, a sus parientes y esclavos políticos. Marito les mandó a sus zorros cuidar del gallinero”, expresó López.

La marcha estuvo convocada en reclamo de 6 puntos específicos, que son:

1) Contra la corrupción y los corruptos

2) Contra las privatizaciones, endeudamiento y entrega de Itaipú

3) Contra la nueva Ley de la Función Pública

4) Contra los despidos

5) Contra la política hambreadora de “Maligno” López

6) Por una reforma agraria integral.

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