Con desaprobación generalizada de su gestión, la misma gente en la que Marito ha sustentado su electoralismo expone su hartazgo. «Nunca se justificó en el cargo y el desastre del país es su mejor exhibición de inutilidad», dicen en las redes sociales.

No solo el inoperante ministro del Interior debería ser echado del cargo sino su mentor y defensor Mario Abdo Benítez, señalan indignados sociales tras poner en tela de juicio el desastre de gestión de ambas autoridades y el estado de calamidad pública que azota al Paraguay debido al azote de la inseguridad.

“Si solo (Arnado) Giuzzio se va afuera le estaremos dando nuevamente un voto de confianza a Marito, que nada ha hecho por el bien del país desde que asumió el cargo sino se ha limitado a mirar sentado cómo el tejido moral de las instituciones se ha ido prostituyendo en todo este tiempo hasta llegar a niveles alarmantes”, comenta este jueves en su sitio social el ciudadano Andrés Gutiérrez Miltos.

El comentario de este indignado se suma al de centenares de personas que vuelcan sus críticas contra el gobierno de Abdo Benítez y coinciden en calificarlo como el peor del post stronismo.

“El solo hecho de decir que vamos a tener que soportar nuevos ataques de sicarios le anula como presidente de un país, que esperaba otras palabras como por ejemplo que él mismo va a encabezar una cruzada de justicia en favor de la paz de la República”, opinó por su lado Estela Noemí Cabrera.

En general, la ciudadanía demuestra hartazgo por cómo se desarrollan las actividades gubernativas, priorizando el electoralismo y la politiquería en vez de hacer causa nacional de la seguridad y el bienestar poblacional.

Marito nunca se ha justificado, sino más bien fue empeorando su perfil con el correr de su gestión, llegando a un punto donde prácticamente no ejerce la magistratura, limitándose a fungir de simple observador del desastre que él mismo ha provocado por su falta de agallas, en el sentido de cumplir su compromiso con la gente y castigar a los malos administradores de la gestión pública.

Con la ayuda de la corporación mediática postrada a sus pies, el presidente del Paraguay se mantiene tranquilo, sin ser molestado para nada, haciendo apariciones públicas ocasionales para lanzar humo acerca de su trabajo y guardar cómplice silencio sobre la corrupción e inoperancia que hacen nido en el poder y castigan implacables a la ciudadanía, inerme e impotente ante tanta incompetencia.

El ministro Giuzzio estaría con un pie afuera de su cargo según legisladores consultados sobre el contenido del libelo acusatorio que le busca llevar al banquillo de acusados por inútil.

Marito, por su lado, se ha salvado en sendas ocasiones de ser llevado a juicio político igualmente por inoperancia en su cargo, y en ambas oportunidades fue salvado por sus correligionarios de Honor Colorado, a quienes traicionó sin ruborizarse aliándose con indeseables.

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