Emprendedores de Central exhiben orgullosos el fruto de su esfuerzo, acompañados por una kuña guapa de la OPD en el stand de la Expo MRA. Con poco ruido y mucho resultado se llevan a cabo programas de lucha contra la pobreza a través del esfuerzo y la perseverancia.

Con poco ruido pero abundantes resultados, la Oficina de la Primera Dama de la Nación (OPD) lleva a cabo proyectos y programas destinados a las mujeres de sectores vulnerables y necesitados en quienes instala el amor por el trabajo emprendedor y asociativo, aprovechando los medios disponibles y enseñando técnicas exitosas que, en todos los casos, busca instalar la cultura de la alimentación-nutrición y, al mismo tiempo, generar recursos útiles para el sostenimiento familiar, en un momento donde las necesidades saltan a la vista y se multiplican en medio de la sensible economía pospandemia.

El interés de parte de la Oficina Primera Dama se orienta hacia la necesidad de impulsar el desarrollo sostenible, mejorar la nutrición, la generación de empleo y la lucha contra la pobreza, con el objetivo de mejorar la situación nutricional de las familias vulnerables de Asunción y del Departamento Central, así como enseñar a la población a desarrollar una cultura asociativa colaborativa, con énfasis en el empoderamiento de las mujeres.

El proyecto se orienta igualmente a incrementar el consumo de productos a base de soja y a la generación de capacidades técnicas en el uso de este alimento rico en vitaminas, minerales y fibras, entre otros beneficios útiles para la nutrición familiar.

Hasta el momento alrededor de 100.000 personas han sido beneficiadas por el programa “Ñapu’ake” liderado por la OPD, que en los hechos significa mejor calidad de vida y la instalación de la cultura emprendedora mediante técnicas de fácil asimilación y competencia a cargo de especialistas.

El “Proyecto de seguridad alimentaria y nutrición a base de soja en comunidades vulnerables de Asunción y el Departamento Central”, ofrece las herramientas, insumos y conocimientos necesarios para que los beneficiarios y sus familias se empoderen y puedan iniciar sus propios emprendimientos desde el hogar.

Además, los alimentos cosechados de las huertas familiares, comunitarias y la piscicultura, son utilizados para el autoconsumo y venta.

De acuerdo a los datos, unos 3 millones de paraguayos se manejan en medio de alguna Necesidad Básica insatisfecha (NBI), y 530.222 hogares presentan al menos una NBI.

Más de la mitad de los afectados por esta situación de precariedad se encuentra concentrada en 5 departamentos del país, entre ellos el Departamento Central, con un registro de 90.630 hogares pobres.

Con la migración de los habitantes rurales a la ciudad se genera una superpoblación en las zonas periféricas de Asunción, un factor relevante en el deterioro de las condiciones de vida de miles de familias, que al no encontrar fuentes de trabajo estable no pueden sostener una adecuada calidad de vida de sus miembros.

La necesidad alimentaria de gran parte de la población, ligada principalmente al nivel de pobreza, es una realidad innegable.

“Por ello, es de suma importancia que las acciones sean focalizadas hacia las zonas más vulnerables, fortaleciendo las capacidades y la producción de alimentos nutritivos”, expresa la OPD.

Entre los programas en acción figura la piscicultura, a cargo de la Dra. Susana Barúa, especialista meritoria que invierte sus vastos conocimientos en beneficio de la gente, en el sentido de aprovechar los recursos hídricos disponibles para destinarlos a la producción sostenible de peces, como fórmula segura de nutrición y generación de recursos.

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