Al alegre mando de su patrón, el pirómano arremete contra el mismo Congreso Nacional del Paraguay, y es sentenciado con ¡3 años de prisión!. La propia justicia atenta contra la Constitución Nacional, opinan indignados sociales. Foto: Diario La Nación.

La tibia condena de 3 años de pena privativa de libertad para tres pirómanos liberales hallados culpables de la quema del Congreso merece aluviones de críticas de ciudadanos que demuestran su indignación por los sucesos que derivaron, hace 4 años, en grave peligro para la democracia.

“La misma pena que un ladrón de pacotilla; este tipo de hechos solo ocurre en Paraguay, que por algo figura en la lista de países poco serios y uno de los más corruptos del mundo”, disparó en su sitio social el ciudadano Alejandro Vidal Ledesma.

En el mismo sentido, y con adjetivos de variado calibre, se manifiestan este miércoles los  indignados sociales, que vuelcan especialmente su reprensión contra la justicia paraguaya.

“Los jueces se arrodillaron ante la presión intensa ejercida por líderes de la oposición, especialmente del PLRA con el polémico Efraín Alegre a la cabeza, y amigos de un sector mediático que durante todo este tiempo atentaron contra la democracia y lograron imponer su peso en la justicia con esta sentencia ridícula e irrisoria que nos expone ante el mundo como país poco serio”, posteó otro indignado.

Los sucesos que derivaron en la quema de la sede del Congreso Nacional se registraron el 31 de marzo de 2017, como colofón a una furiosa reacción ciudadana especialmente dirigida contra el expresidente Horacio Cartes, quien pretendía cambiar la prohibición constitucional de hacer el rekutú, para lo cual contó con el acompañamiento del también ex presidente Fernando Lugo, igualmente interesado en repetir el cargo.

Los dardos mediáticos fueron dirigidos directamente contra Cartes, a quien acusaron de intentar pervertir la letra de la Carta Magna para hacer prevalecer su sed de poder.

En este estadío cobra relevancia la figura de Efraín Alegre, polémico líder del PLRA que, munido de armadura de impunidad -servida desde sectores de la oposición empotrados en el Congreso- emergió como demócrata destacado y el hombre del momento, a pesar del rechazo de un sector contestario de su propio partido que veía en su actitud una maniobra artera para ganar más espacios de poder en su intento, siempre fracasado, de ser presidente de la República.

“Mañana puede surgir otro sector reaccionario que decide quemar el Poder Judicial, o el propio Palacio de Gobierno, y no sé con qué argumento la justicia podrá sentenciar a los culpables con penas mayores a 3 años de prisión, teniendo como jurisprudencia la condena ridícula e insignificante a Patrón y compañía”, opina otro internauta.

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