Solo con resultados concretos la DNCP podrá honrar el principio de transparencia para el cual fue creado, y retirar el tapabocas virtual de la ciudadanía con respecto a los sonoros casos de corrupción pública.

Antro histórico de transadas y negociado feroz contra los recursos del Estado y los intereses de la ciudadanía, la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas reaparece ahora con una misión repetidamente imposible: Investigar y descubrir irregularidades en las licitaciones que, como se sabe, movilizan verdaderas fortunas y sirven de soporte idóneo para el voraz enriquecimiento ilícito de autoridades y su séquito de familiares y amigos por un lado, y de la otra parte empresarios privados o figuras de maletín creadas al solo efecto de robar.

El contrasentido de que la institución creada para transparentar los procesos públicos de contratos ahora deberá hacer su trabajo, generó reacciones en cadena de las redes sociales, donde indignados ciudadanos evacuaron su desconfianza y malestar por el involucramiento de la DNCP en un proceso licitatorio, en este caso de 113 licitaciones realizadas exclusivamente en el marco de la actual cuarentena sanitaria, que incluyen los contratos directos o por vías de excepción, tan controvertidas y polémicas como la DNCP.

“Esto es una enorme cortina de humo para ocultar los negocios de los amigos del poder. Quieren hacernos creer que van a investigar, cuando ese trabajo lo hubieran realizado desde un primer momento, sin necesidad de que el Gobierno les dé una palmadita para hacer su trabajo”, opinó Justo Andrés Hume en su sitio social.

“Veo otra oscuridad al final del túnel”, señala por su parte Elizabeth Brítez.

“Se abre otra enorme puerta para las transadas”, dice Pedro Perdomo.

Cientos de ciudadanos depositan de forma virtual sus contrariedades por cómo el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez está manejando los fabulosos recursos del Estado destinados a la lucha contra el coronavirus y la reactivación económica.

El presidente de Contrataciones Públicas, Pablo Seitz, también es blanco de críticas, debido a su escaso resultado como defensor de las finanzas públicas, y a la inexistencia de procesos licitatorios malogrados por el mismo en favor de la ciudadanía, dueña de los fondos del Estado.

Marito comenzó su actual gestión de gobierno con el pie izquierdo, y bien hará que con el reordenamiento de gastos de la función pública logre ganarse la confianza de la gente, que hasta ahora no solo se muestra indefinidamente desconfiada sino transforma en rabieta permanente el mal destino de la nación, irrigada por casos diarios de corrupción, ineficiencia y antipatriotismo.

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