Las «sombrillas gay» provocan polución moral en el microcentro de Asunción y generan un mar de repudio ciudadano en medio de la presión intensa de la ideología de género en todos los estratos sociales, especialmente en la educación escolar.

Un sector concurrido del microcentro de Asunción amaneció este fin de semana con adornos multicolores característicos de la organización global LGBTI (siglas de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales, entre otros grupos de depravación sexual considerados anatemas por la Iglesia cristiana), y provocó innumerables reacciones de repudio y protesta ciudadana.

“No se puede asumir una posición privada por encima del interés general, en un espacio público”, postea este lunes María Adelaida Sarabia, en coincidencia con otros centenares de indignados que salieron a criticar el hecho que, según afirma, contamina a la sociedad mayoritaria de Asunción y del país que comulga con la tradición cristiana.

Los internautas pusieron en tela de juicio el papel de la Municipalidad de Asunción en el caso.

“No creo que el intendente esté en conocimiento de esto, y si lo está, le debe una explicación a la gente honesta de la ciudad que rechaza la degeneración como forma de vida”, recalca Azucena Ortiz.

“Como padres de familia reclamamos este tipo de hechos, que se da en consonancia con la intensa presión internacional para la adopción de la ideología de género en los currículos escolares, con todo lo que eso podría significar para el futuro de nuestra sociedad a través de la degeneración de nuestros hijos”, señala por su parte Juan Ángel Lesme.

“No creo que la Municipalidad haya dado el permiso correspondiente para la instalación de este tipo de propaganda”, alude por su lado Margarita Insfrán, tras alegar que “de un tiempo a esta parte los depravados vienen copando instancias de poder instaladas en los tres poderes del Estado, y se sabe que el gobierno de Marito no corta ni pincha en este tema de ideología de género”.

La instalación de las “sombrillas gay” sobre la emblemática calle Palma se da apenas unos días después de que el gobierno de Estados Unidos diera a conocer al próximo embajador de ese país en el Paraguay que, entre otros perfiles, se presenta como casado con un hombre.

“Lo último que nos faltaba”, opinó un indignado social tras condenar el “golpe bajo” del presidente Biden con los paraguayos, a sabiendas de que “somos un país de tradiciones eminentemente cristianas, respetuosos de normas ancestrales de conducta social y moral que ahora pretenden violentar con el visto bueno de nuestras propias autoridades nacionales”.

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