HORQUETA (Por Freddy Rojas Martínez).

El periodista Alcibíades González Delvalle me dijo alguna vez que la lectura es fundamental para adquirir conocimientos, pero son pocos los paraguayos que leen de forma periódica.

Muchos recordamos las últimas décadas del siglo pasado, cuando la lectura era un hábito a través de entretenidas revistas de historietas y novelas. En aquellos tiempos se leía de todo un poco y, en la medida de sus posibilidades, la gente se nutría de conocimiento.

Desde temprana edad, los niños empezaban a leer porque la educación de antes era más exigente que la educación actual. Los alumnos tenían que saber leer desde el primer grado, y también sumar y restar para pasar de grado, porque de lo contrario repetían el año escolar y eso significaba una vergüenza para los padres y los propios alumnos.

Cuando empezaban a descifrar palabras e interpretarlas accedían a las clásicas historietas de Walt Disney y otras tantas revistas con variada temática. A medida de iban creciendo leían a personajes como Tarzán, Superman, Batman, El hombre Linterna, El Hombre Araña, Spiderman, Flash, el Zorro, Patoruzú, Condorito y tantas otras opciones.

A través de la lectura, los niños aprendían algo de fauna, flora, la naturaleza, química, física y cultura. Quién no recuerda revistas como Dartagnan y El Tony de los años 60, 70, 80 hasta los 90, cuando niños, adolescentes e incluso adultos intercambiaban con mucha pasión esos materiales de lectura.

La lectura formaba parte de la rutina de la gente, y cuando los jóvenes ingresaban a la secundaria leían novelas en libros y revistas como Selecciones, Muy Interesante, obras de Julio Verne, periódicos, etc., adquiriendo intelectualidad.

Con el paso del tiempo la lectura se dejó de lado debido a una deficiente reforma educativa que no es exigente, porque permite al alumno del primer grado que pase al segundo grado, aunque haya o no aprendido a leer. También por la aparición de los juegos electrónicos, el celular y otros factores, mientras la gente mira de reojo los materiales de lectura, como si fueran una pérdida de tiempo.

Por todo esto, es importante que la educación paraguaya de nuevo sea exigente como antes, para que los alumnos aprendan más y mejor, debido a que la enseñanza actual es muy pobre. La influencia de los padres en el hogar es fundamental para formar niños habituados con la lectura.

Practiquemos con pasión aquel refrán que dice: “Los libros no muerden”.

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