Las familias en línea de marginalidad tienen a mano variadas opciones de producción rentable, pero prefieren la plata fácil del subsidio estatal que les mantiene en la pobreza y son presa preferida de políticos oportunistas cazadores de votos.

HORQUETA (Por Freddy Rojas).

Trabajar es fundamental para lograr ingresos económicos en el hogar y mejorar el nivel de vida de la familia, pero existen personas beneficiarias del programa “Tekoporã” del Ministerio de Desarrollo Social que reciben periódicamente un monto de dinero, dejaron de trabajar y son cautivos del mismo programa.

“Tekoporâ” es un apoyo financiero que de alguna medida beneficia a las familias de escasos recursos de la ciudad y del campo, pero los beneficiarios del programa podrán aumentar sus ingresos económicos para mejorar sus niveles de vida si emprenden actividades que generen renta, como la producción granjera, hortícola y tantas otras opciones abiertas y a disposición de interesados.

La ciudadanía comenta que los beneficiarios del subsidio estatal, tanto de esta ciudad como los de la zona rural, acostumbran abandonar sus labores y sus tierras para sobrevivir solamente de los recursos del programa “Tekoporã”.   

En ese sentido, dicen que muchas familias campesinas que tienen sus propias tierras, al ser incluidas al citado proyecto inmediatamente dejan de cultivar los rubros de consumo, generando más pobreza a sí mismos porque no hay sustentabilidad.

Ante esta situación, es primordial que los beneficiarios del programa “Tekoporã” que viven en la ciudad encaren algún emprendimiento para crear una microempresa y los campesinos de nuevo cultiven los rubros de consumo familiar para ganar dinero que, aunque siempre insuficiente, les ayudará a tener una vida sin tantos sobresaltos.

Los agricultores deben unirse por iniciativa propia conformando comités y capacitarse para que con el correr del tiempo se afiancen y logren arraigarse en sus tierras.

En la Biblia se lee una frase que dice: “Las personas que no trabajan no comen” y evidentemente quienes solamente piensan en los montos de “Tekoporâ” son cautivos del citado programa y no avanzan económicamente, estancándose en el tiempo y el espacio, convirtiéndose en presa fácil, abundante y barata de políticos oportunistas que utilizan la pobreza como fondo de pantalla para captar votos.

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